Para muchos ayuntamientos ejecutar los proyectos y obras municipales se ha convertido en una auténtica odisea porque a las licitaciones que realizan no concurre ninguna empresa y tampoco las hay para negociar la ejecución de los trabajos. Esta situación, que se viene arrastrando desde hace unos años, está generando numerosos problemas y en algunos casos incluso la pérdida de subvenciones o la renuncia a las mismas por no poder materializar y justificar en plazo las obras.
Un buen ejemplo de esta situación se encuentra en el Plan de Instalaciones Deportivas 2022 de la Diputación de Burgos, en el que se incluyen hasta 101 obras de otros tantas entidades locales por un importe que alcanza los 1,8 millones de euros.
A diez días para que termine el plazo establecido en las bases de la convocatoria para ejecutar los proyectos subvencionados, puesto que se cumple un año, únicamente están terminadas una veintena del centenar de actuaciones previstas y 52 se tienen que acabar el próximo día 11, mientras que otros 21 municipios han solicitado prórrogas, ya concedidas hasta el 11 de noviembre.
«No hay posibilidad de conceder más prórrogas, estas son las últimas, y todos tienen que terminar como muy tarde en noviembre o perderán la ayuda concedida», manifiesta el presidente del Instituto para el Deporte y la Juventud (IDJ), Ángel Carretón, que es consciente de los problemas que están teniendo muchos pueblos incluidos en este plan para contratar obras. «Antes se presentaban muchas empresas para una obra y ahora casi hay que pedirlas que por favor te hagan la obra», asegura Carretón, quien justifica todas las renuncias que se han registrado por ese motivo e insiste en que «nadie pide una ayuda para luego no hacer la obra si no es por un motivo más que justificado».
Además de estas prórrogas, otra de las consecuencias es que ocho ayuntamientos han decidido darse de baja en el plan, es decir, renunciar a la subvención, para poder concurrir en otras convocatorias, matiza Carretón. En esta situación se enmarcan las localidades de Albillos (6.743 euros de ayuda del IDJ), Cogollos (30.000), Espinosa de los Monteros (14.338), Itero del Castillo (8.937), La Revilla y Ahedo (8.999), Poza de la Sal (30.000), Salas de los Infantes (25.629), Solarana (24.335) y Trespaderne (32.306 euros). En total, las ayudas que han dejado de percibir estos municipios asciende a 181.287 euros y se sumarán a los 167.882 que quedaron sin repartir de los dos millones que tenía el IDJ de presupuesto el año pasado.
Las que sí se han ejecutado en su totalidad han sido las del plan de 2021, exceptuando el proyecto de la Merindad de Río Ubierna que tiene de plazo hasta el próximo día 11 por un recurso que presentó. En total, se trata de las 57 que contaron con el apoyo provincial, una ayuda que rondó los dos millones de euros. En ese plan doce ayuntamientos renunciaron a las ayudas económicas concedidas, subvenciones que en total ascendían a 545.684 euros.
Las ayudas que concede el IDJ para nuevas instalaciones o arreglo de las ya existentes oscilan entre el 30 y el 70% del presupuesto de los proyectos, y el porcentaje se aplica en función de tramos de población de los municipios.
Plan 2023 sin aprobar. Por lo que respecta al Plan de Instalaciones Deportivas 2023, que cuenta con una partida de 1,5 millones de euros y al que se han presentado un total de 133 solicitudes, Carretón declara que se aprobará en breve, «no se ha hecho antes por un problema de varias jubilaciones del personal del IDJ» matiza. De esta forma, se espera que esté lista cuanto antes con el objetivo de que los municipios puedan comenzar a tramitar los expedientes de contratación de las obras, que tendrán que estar ejecutadas en el plazo de un año, que es el establecido en las bases de estos planes de instalaciones deportivas.