Luis Miguel de Dios

TRIGO LIMPIO

Luis Miguel de Dios

Escritor y periodista


Txapote

18/07/2023

Como persona, su sola presencia me produciría indignación, asco y vómitos. Como periodista, me gustaría entrevistarlo para preguntarle qué piensa del eslogan que se ha puesto de moda: "Que te vote Txapote", o sea él. Y conocer también su opinión sobre cómo lleva que la ultraderecha y la derecha lo hayan convertido en todo un lema para atacar a Pedro Sánchez hasta el punto de que Isabel Díaz- Ayuso ha lanzado la frase en la Asamblea de Madrid y el hoy senador y antaño portavoz del PP en el Congreso, Rafael Hernando, ha llegado a afirmar que si Gregorio Ordóñez estuviera vivo, también diría eso de "que te vote Txapote". Pero Gregorio Ordóñez no está vivo; lo mató el propio Txapote el 23 de enero de 1995. Un año después asesinó al socialista Fernando Mújica y, en 1997, a Miguel Ángel Blanco. Son únicamente tres crímenes de una larga lista. Txapote fue el ejecutor material y, asimismo, el inductor de bastantes monstruosidades más cuando era uno de los jefes militares de ETA. Pues bien, este asesino convicto, que aun no ha pedido perdón ni se ha retractado de sus actos, está estos días en boca de muchas personas que se consideran gentes de orden, que anteponen la seguridad a cualquier otra faceta de la vida y que se definen como conservadoras. En el eslogan de marras, estos ciudadanos no critican a Txapote, no, buscan otra cosa. Y para ello frivolizan, o hacen bromitas, con el mote de un asesino sanguinario. ¿Qué estará pasando ahora por la cabeza de Txapote, si es que alguna vez pasó algo que no fuera el tiro en la nuca?, ¿sonreirá al saber que se venden camisetas y otros artículos con el ya famoso pareado, que se coreó un rato en la plaza de toros de Pamplona durante los sanfermines o que en un pueblo de Zamora, Mózar de Valverde, apareció el "que te vote Txapote" en el programa de fiestas? Indignante, pone los pelos de punta. Bueno, no a todos, porque hay quien continúa usándolo como si fuera una frasecita inocente y hay quien, con autoridad para hacerlo, no lo ha condenado, como sucedió con Feijóo en el debate con Pedro Sánchez. Que se pare el mundo que yo me apeo.