Las puertas del retablo de Santa Ana, del siglo XVI, pertenecientes a la iglesia de San Nicolás de Bari de Sinovas ya tienen dueño. En la subasta celebrada por la casa madrileña Abalarte la puja partía de 75.000 euros, un 16% menos que hace un año, cuando salieron por primera vez a la venta al mejor postor. Entonces quedó desierta la subasta, pero en este segundo intento se sucedieron hasta seis pujas al alza, en tramos de 5.000 euros, hasta que la última incrementó la cantidad 10.000 euros más de golpe, quedando adjudicada a ese postor por 110.000 euros. Una cantidad que incrementa un 45% el precio de salida en esta subasta.
Las sucesivas ofertas tardaron en entrar en juego, haciendo prever que volvería a quedar desierta. Pero una vez que se presentó la primera, por 80.000 euros, se fueron sucediendo rápidamente las pujas, intercalándose las realizadas in situ en la casa de subastas con las telemáticas hasta que en menos de tres minutos se fijó el precio final y, con él, el nuevo propietario de estas puertas s renacentistas del primer lustro del siglo XVI. El hecho de que haya habido tantas pujas hasta incrementar 25.000 euros el precio de salida lleva a pensar que estas piezas patrimoniales han suscitado interés entre los coleccionistas de arte.
La principal incógnita a resolver ahora es la identidad del comprador, que en este tipo de ventas por el método de subasta no se da a conocer, a no ser que el nuevo propietario decida hacerlo. Queda abierta la posibilidad de que una administración pública, que en este caso podría ser estatal o la Junta de Castilla y León, ejerza el derecho de tanteo para recuperar este bien para el patrimonio de todos, pero ahora el precio para eso es el de venta, 110.000 euros. Una cifra superior a los 90.000 de hace doce meses, cuando ya fuentes de la Administración regional calificaron el precio de salida de muy caro.
Estas puertas completaban el conjunto del retablo de Santa Ana, una de las piezas móviles de más valor de la iglesia de San Nicolás de Bari de Sinovas, que se vendió en 1913 y que ahora se puede contemplar muy lejos del territorio arandino, en el Museo Larreta de Buenos Aires (Argentina). Mientras, la historia de las puertas está plagada de misterios e incógnitas.
Los expertos en arte y patrimonio consideran que esta pieza doble es excepcional. Cada puerta está dividida en nueve paneles moldurados siendo el central en horizontal. Cada uno de los paneles está decorado por ambas caras con motivos vegetales y criaturas míticas, con una roseta central rodeada con corona de laurel, apareciendo en el centro el escudo de armas tallado de la familia Fonseca, donante de esta obra. Todo ello en madera tallada, policromada y dorada con clara influencia clasicista.
Las puertas estuvieron al menos hasta 1924 en Sinovas, según el Catálogo Monumental de Burgos de Narciso Sentenach. Hasta 1989 no hay otra pista documental de su presencia en su templo de origen, apareciendo en el libro Las iglesias de Aranda de Abad Zapatero y Arranz Arranz, aunque todo son suposiciones porque desde finales de la década de los 80 hasta el 2006 no se sabe nada con certeza, hasta que aparecieron en una subasta en la casa Sotheby's de Londres por unas 150.000 libras. Entonces no se vendieron y tuvieron que pasar otros 14 años para poder volver a localizarlas en la tradicional subasta navideña que organiza Abarlarte en Madrid.