Del taller al Motorland Aragón

L.M. / Burgos
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Un grupo de estudiantes desarrolla una moto eléctrica que correrá este fin de semana en la VII MotoStudent International Competition. La también burgalesa Carolina Valdemoro la pilotará

El grupo de estudiantes burgaleses que ha desarrollado la moto, junto a la piloto Carolina Valdemoro (subida). - Foto: Alberto Rodrigo

Dos años de búsqueda de financiación y patrocinadores, mil y una reuniones, diseño bocetos, encuentros con proveedores, tardes de duro trabajo e incontables pruebas y errores por parte de un grupo de estudiantes burgaleses llegan este fin de semana a su fin. El equipo UBU Racing, participante en la VII edición de la MotoStudent International Competition, aborda este sábado y domingo la prueba de fuego para la que se llevan preparando a conciencia meses y meses.

Tras diseñar y ensemblar de cero una motocicleta cien por cien eléctrica, la escuadra local pondrá sobre la pista del ilustre circuito de Motorland Aragón su prototipo de dos ruedas. La piloto encargada de ponerse a sus mandos, también burgalesa, será Carolina Valdemoro Aubeso, que ya tuvo la oportunidad la semana pasada de rodar en el recinto de Kotarr. Entre el miércoles y ayer viernes han tenido tiempo para validar el vehículo y pasar los pertinentes controles de la organización de la carrera antes de que la competición arranque de manera oficial hoy.

La séptima edición cuenta con la participación de 80 equipos de cuatro de los cinco continentes -18 países-. «Empezamos unos 20 estudiantes pero finalmente hemos terminado solo 4», reconoce Yeray Pescador, uno de los alumnos que ha diseñado y montado la motocicleta desde cero. Junto a Eva Landia, Cristina Cuesta, Adrián Marcos, Hugo López y Aitor Ayala han logrado poner a Burgos en el mapa de una prestigiosa competición que aúna ingenio con precisión y nuevas tecnologías. UBU Racing no solo lo forman ingenieros o informáticos, sino que también hay perfiles con conocimientos económicos (ADE). «El primer año nos centramos en recabar la financiación suficiente para poner en marcha el proyecto», explica. 

Al tratarse de un certamen bianual el margen para montar un vehículo de dos ruedas desde cero es mayor. «Hemos contando con el apoyo de más de una veintena de empresas industriales de Burgos y de talleres mecánicos», reconoce Pescador, que lleva ya varias ediciones participando.

Aunque el nombre de Burgos viene apareciendo durante varios años dentro de esta competición, desde UBU Racing precisan que la de este 2023 es en la que más ilusionados están. El trabajo y el dinero invertido en la motocicleta han superado al de anteriores años, lo que les permite soñar con no solo terminar la carrera, sino tratar de luchar por colarse en las primeras posiciones. Buena parte de culpa de esas expectativas tan halagüeñas residen en la confianza que les han transmitido diversas empresas a través de la financiación. No tienen, por contra, la misma sensación desde la parcela de las administraciones públicas, que les prometieron una subvención para desarrollar su trabajo que finalmente no se ha concretado. No obstante, esperan que el compromiso mostrado en un primer momento se pueda traducir el año que viene en algún tipo de acuerdo económico o de colaboración.