«La vida del dibujante es muy variopinta»

ALMUDENA SANZ / Burgos
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La historietista Laura Pérez habla de los giros de guion por los que pasó de ilustrar por encargo a hacer sus propios cómics o aspirar a un Emmy

Laura Pérez compartió los entresijos de sus libros en la carpa pequeña del paseo del Espolón. - Foto: Luis López Araico

Los títulos de crédito y los dibujos que Selena Gómez hace en la serie Solo asesinatos en el edificio llevaron a Laura Pérez hasta la alfombra roja de los Premios Emmy. Un nuevo giro de guion en su vida. Los focos se encendieron sobre la historietista valenciana, aunque, finalmente, no levantó la estatuilla. Pese a que alude a lo curioso de la cita, las luces no la deslumbraron. Su historia en el mundo de la ilustración y el cómic ya acumulaba varios capítulos, con un buen puñado de premios y de títulos. El último que ha sumado se llama Espanto (Astiberri). Se lo dedicaba ayer a un lector con grafito acuarelable y un lapicero Staedtler en la caseta de firmas de la Feria del Libro de Burgos. Luego por la tarde, tocaba encuentro con los comiqueros. 

¿Qué significa para una autora, a la que se presume trabajando en soledad en su estudio, el contacto con quien luego leerá esa historia? «Cuando se hace un libro es un trabajo muy introspectivo, hay una resolución de un guion, de una narrativa, donde al final estás tú y tu cabeza, tus tiempos y tu manera de organizarte. Y el contacto con las personas es muy curioso, porque ellos hacen una lectura de tu trabajo en un breve espacio de tiempo, el que dura la lectura de ese libro, y nada tiene que ver con el desarrollo en sí. Es muy bonito», responde Pérez y reconoce que esas lecturas suelen ser sorprendentes. «La gente hace todo tipo de relaciones», ahonda y recuerda que en Madrid una lectora, psicóloga, le contó que utilizaba Espanto como herramienta para la identificación de emociones. Nada que ver con lo que ella había proyectado en esa obra. 

Porque, curiosamente, nació sin ninguna pretensión. «Surgió por la necesidad de dibujar por dibujar». Juntó varios y en conversación con Astiberri convinieron en que podía ser bonito reunirlos. «Ha sido un libro que no proyectaba serlo. Se trataba simplemente de emocionar». 

Laura Pérez se inició en el mundo del cómic por la necesidad de contar historias y tener una voz propia. Llevaba años trabajando para la ilustración internacional y nacional, para las historias de otros, revistas y periódicos (The Washington Post, The Wall Street Journal, Vanity Fair, El País...). «El mundo editorial es genial, pero efímero. Se consume y se olvida. Yo quería hacer cómic antes que ilustración, pero no tenía aún la firmeza gráfica ni psicológica para hacerlo. Hasta que llegó el momento», sostiene y revela que Náufragos, novela gráfica que hizo con Pablo Monforte, la condujo a ver el poder de un libro. Quería uno que se quedara, pero con su propia mirada. Y nació Ocultos. Y consiguió el Premio El Ojo Crítico de Cómic 2020, y el Ignotus, y el Splash Sagunt. 

«Fue una gran alegría. Esto fue un giro en mi carrera, deje mi agencia americana y la española, con las que llevaba diez años, para dedicarle más tiempo a mis cómic. Parecía un suicidio, porque me iba muy bien, pero algo en mi interior pedía dedicar más tiempo a la narrativa y dejar la ilustración para mantenerme, que soy autónoma. Fue un cambio de rumbo completamente emotivo», se explaya convencida de que hizo muy bien. «Si tú haces una carrera artística, la razón y la intuición tienen que estar equilibradas. Debe haber mucha emoción y también racionalidad», agrega. 

Su carrera seguiría con Tótem y las ilustraciones para otros autores y sellos. Lo que no se esperaba era el nuevo giro de guion. Hace tres años, Lisa Bolan, a la que había conocido unos años antes, responsable de Elastic, uno de los estudios norteamericanos más prestigiosos, detrás de series como Juego de Tronos, la propuso hacer los títulos de crédito de Solo asesinatos en el edificio

«La vida del dibujante es muy variopinta. Un día estás en casa, desechas una página (de Tótem), que así surgió, la pones en Instagram y un año después estás en Los Ángeles en la fiesta de los Emmy. Es todo muy absurdo y curioso, pero la vida es así», suelta y asegura creer en el destino, pero también «en la proyección inconsciente que nosotros hacemos y que nos puede perjudicar o beneficiar». En su caso, su trayectoria no deja lugar a dudas.