Educación para toda la vida

MÓNICA PURAS (SPC) / Burgos
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Durante 8 meses en San Amaro, Esther San Miguel y San Juan de los Lagos, 550 promesas de 5 a 10 años recibirán por parte de 20 técnicos cualificados las pautas formativas y de aprendizaje del deporte que tantas pasiones despierta en niños y adultos

Uno de los grupos de promesas, en el primer día del curso de la Escuela Municipal de Fútbol en el campo de San Amaro. - Foto: Patricia

Difícil la puntualidad en el primer día. Los nervios estaban a flor de piel. Corriendo o andando a paso ligero hasta llegar a los que serán durante ocho meses los nuevos compañeros y maestros del deporte que más gusta: el fútbol. Algunos iban de la mano de sus padres, pero en el resto del curso los progenitores suelen emplear las dos horas en otros menesteres antes que pasarlo en el 'banquillo'.

Los debutantes, en su mayoría de apenas cinco años de edad, no disponen aún de la equipación propia de la Escuela Municipal esa original conformada por una sudadera roja, camiseta blanca, pantalón verde, medias amarillas y para el invierno el chubasquero rojo y las mallas.  Es normal que en los inicios proliferaran otras zamarras como la de selección española, del Burgos CF y del Real Madrid, el Barça, el 'Atleti', Argentina o Messi. 

Entre las novedades de esta vigésimo octava edición se cuentan 120 matriculados más que el año pasado para completar los aforos de San Amaro, Esther San Miguel y San Juan de los Lagos, así, que en definitiva la academia está integrada por 550 alumnos, de edades comprendidas desde los cinco hasta los 11 años. 

La bienvenida se realizó con un tríptico informativo que contiene un código QR que emplaza a una web para estar actualizados con las últimas novedades. Calendario de los partidos, nombres de los equipos, entrenamientos, recuerdos... todo para mejorar la actividad, que tiene la finalidad de favorecer la educación integral del niño, a partir de promover la participación y el respeto al entrenador, los compañeros y las normas. 

En el debut se permitió la entrada de los padres, pero el vestuario es un espacio reservado solo a los aspirantes.  

Alineados en el centro de uno de los tres campos en los que se divide el terreno y, a base de juegos, realizaron una sesión, primero sin balón y luego con él. Todos los entrenadores disponen de la correspondiente titulación, además de tener una buena capacidad docente, comunicación, cercanía hacia el alumno, responsabilidad, organización y trabajador en equipo. Los maestros son David Díez, David González, Jesús Alcalá, Álvaro Marquina, Luis Alberto Pineda, Diego C. Rodríguez, César Rodríguez, Pablo Sanz, David Vega, Javier Aitor Melón, Javier Macaya, Juan Luis Guirado, Sergio Lomas, José María Sáez, Alberto Manso, Jairo De la Riva, José María Serna, David Manzano, Pablo Marquina, Daniel Sanz y Javier Gómez quienes imparten las clases bajo la supervisión y dirección de Roberto González, delegado provincial de fútbol. Son ellos quienes tienen el poder en su mano de fomentar las facultades intelectuales, el físico motriz, el desarrollo sociomoral, la igualdad de oportunidades, la salud, etc. de acuerdo con las diferencias determinadas por el género, edad, competencias y destrezas motrices. Todo ello por encima del rendimiento deportivo.

Por su parte, el alumno ha de ser educado, respetuoso, además de tener ilusión por aprender, ser buen compañero, receptivo a las correcciones, voluntarioso y valorar al colectivo para crecer. A los padres también les corresponde ser educados, tener una actitud positiva y respetuosa con los hijos y con los entrenadores dejándoles trabajar con paciencia y cariño hacia sus alumnos, sin corregir a los jugadores. 

La filosofía de la Escuela Municipal, gestionada por la Real Federación de Castilla y León de Fútbol, está enmarcada en un contexto lúdico de formación educativa a través del fútbol para formar en valores y no en competitividad. 

Para la máxima deportividad siempre se pide respeto a los entrenadores, compañeros, a las normas, al material y respeto al deporte que se está aprendiendo. Otros objetivos son fomentar la convivencia, respeto, amistad, autoestima, tolerancia y, sobre todo, el juego limpio. 

En el tríptico lo pone bien claro: lo primero, los jugadores son personas y después futbolistas; los técnicos son primero formadores y después entrenadores, y los padres primero, padres y después representantes. Porque de cada 1.000 promesas que juegan al fútbol, una llega a profesional, de cada 10.000 solo una alcanza militar en una de las grandes ligas y de cada 100.000 únicamente una llega a uno de los 50 mejores clubes del planeta.

Liga interna. No son de carácter obligatorio, aunque a ¡qué niño le quitas de jugar al balón en un partido, aunque no forme parte de una competición con clasificación! Simplemente, por el mero hecho de poner en práctica lo aprendido durante la semana, los alumnos apuntan a un bombardeo por jugar a su pasión.

Es por ese motivo que los sábados se convierten en el día predilecto para los promesas, o para casi todos. Los envites se celebran cada 15 días con encuentros de 60 y 45 minutos, 25 o 20 minutos cada período con cinco minutos de calentamiento previo y cinco de descanso.

Los equipos son identificados con los nombres de los y las futbolistas de la selección española, del Burgos CF, de las escuadras de Primera o Segunda División o incluso de las Ligas Europeas. 

Ahora con la herramienta del QR se puede acceder para ver los calendarios y por si hay alguna modificación de última hora, o cualquier error o ajuste. 

Ahora toca aprender y, después ya se verá, quizás haya entre esas 550 promesas, una que se convierta en  profesional. Hasta el momento es la mejor forma de emprender el camino.