Humor e historia para conocer Peñaranda de Duero

R.C.L.
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La localidad ribereña continúa cada sábado con sus visitas teatralizadas a dos de los monumentos más icónicos de la Ribera del Duero: el palacio de la Avellaneda y el castillo

El caballero Miguelón y la condesa reciben calurosamente a su público en la entrada de la torre del castillo. - Foto: RODRIGO C. LEÓN

El arte es arte. Da igual como se mire. En este caso, la forma de descubrirlo. Peñaranda de Duero puede presumir de contar la historia de forma teatralizada de sus dos grandes monumentos: el Palacio de Avellaneda y el Castillo. Los encargados de ello son Sergio Moneo, Sergio García, Raquel Aparicio y Ana Rosa Alonso, de la Asociación Cultural 2º Acto. Aunque para los visitantes les resultarán más familiares los nombres del caballero Miguelón, la reina Constanza de Portugal, la condesa de Avellaneda o Jacinto, el joven y humilde sirviente del lugar.

Al tratarse de actuaciones por parejas, los dúos van combinándose según el fin de semana. «Los dos equipos de actores tratamos de aportar el mismo mensaje y conocimientos, pero cada uno añade su propia caricaturización», detalla Alonso. Un claro ejemplo es el del caballero Miguelón, que para García es un hombre en su plenitud, mientras que para Moneo se trata de un mártir de la vida.

El objetivo principal de esta iniciativa es acercar una versión entretenida y divertida sobre la historia de dos de los monumentos más históricos de la Ribera del Duero. Para ello, las bromas y los juegos con los más pequeños acaparan el protagonismo. «No somos expertos en arte y patrimonio, pero a partir de nuestra base documental tratamos de crear una explicación más amena», comenta Moneo. Para los actores, «es fundamental alejarse de una experiencia típica».

La visita arranca a las 18 horas con la exploración del Palacio de Avellaneda. Allí, el público se empapa de un lugar único en la zona, aunque con las limitaciones impuestas por las autoridades. «Del palacio se enseña la entrada, la fachada, el patio, el salón de embajadores, la habitación de la cúpula y la sala de las conchas», relata Alonso. En ese mismo lugar, los visitantes conocen a uno de los personajes más carismáticos del trayecto: Jacinto. Este humilde ayudante cuenta en primera persona sus desgracias y peripecias como mozo de palacio.

Después de este recorrido, la visita se traslada al Castillo. Allí, la condesa y el caballero Miguelón reciben a los 'forasteros'. Miguelón se describe a sí mismo como un «hombre tullido venido a menos», aunque según el fin de semana, puede ser uno de los hombres más en forma de la época. En el castillo se combina la explicación de la historia y función del mismo, con la leyenda de brujería que lo rodea. Con un recorrido cargado de canciones, carcajadas y leyendas, los visitantes ascienden la torre hasta llegar a su famosa azotea.

Ambiciosos. Este novedoso proyecto pretende seguir creciendo con el paso de los años. La enorme riqueza cultural de la localidad peñarandina permite hacer soñar a vecinos y actores con una visita todavía más profunda entre los lugares más históricos del pueblo. «Es importante que continúe todo así para ampliar las teatralizaciones a las calles más icónicas o las bodegas», confiesa Moneo.

Hasta el 28 de agosto, los interesados podrán acercarse cada sábado a vivir en primera persona estas actuaciones. Las entradas tienen un precio de 6 euros tanto para el palacio como para el castillo, con la posibilidad de acceder al pack completo por 10 euros.