Las distracciones se han cobrado ya tres vidas este año

F.L.D. / Burgos
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El uso del móvil y del GPS son los despistes más comunes que están detrás de un tercio de los accidentes mortales ocurridos en las carreteras burgalesas

Siniestro mortal ocurrido a principios de año en la N-120. - Foto: Alberto Rodrigo

En las reuniones que periódicamente celebra la Dirección General de Tráfico las distracciones al volante cada vez están más presentes. Por más campañas de concienciación y de vigilancia, y pese a que la Guardia Civil ha extremado los controles en las carreteras, siguen siendo muchos los accidentes provocados por despistes. Sin ir más lejos, tres de las cinco personas que han perdido la vida este año en la provincia de Burgos han sido por este motivo. Esto obliga a la jefatura burgalesa a incrementar sus esfuerzos para frenar la tendencia. 

Más allá de los registros del presente ejercicio, la estadística muestra que las distracciones están detrás de muchos accidentes graves. De los 1.380 siniestros con heridos acontecidos en las carreteras burgalesas en los últimos cinco años, casi 355 tuvieron en los despistes su causa principal. Los datos son más preocupantes en los mortales, pues uno de cada tres fueron por este motivo, concretamente 22 de los 73 ocurridos en el mismo periodo de tiempo. 

«Es una tendencia clara de la última década. Los accidentes más graves se reparten casi a partes iguales entre velocidad, alcohol y drogas y distracciones. Está claro que tenemos un problema y que hay que corregirlo porque no desciende», reconoce el jefe provincial de Tráfico, Raúl Galán. 

Desde la DGT llevan ya varios años, y especialmente desde la irrupción de la pandemia, insistiendo con campañas de concienciación que advierten de que perder un segundo de vista la carretera puede terminar en tragedia. Pero, aun así, la tendencia se repite. En 2020, la mitad de los 13 accidentes mortales fueron por despiste. En 2021, un tercio. El pasado ejercicio, el 40%. Y en el presente, los mencionados tres fallecidos de cinco que se han cobrado ya las carreteras. 

Cuando se habla de distracciones, lo primero que se viene a la cabeza es el uso del móvil. Y efectivamente es lo más común, pero no es la única conducta negligente. «También el uso del GPS, un cambio de canción en el equipo de música, una colilla... Son muchas las cuestiones que hacen que perdamos la concentración. Tenemos que ser conscientes de que ese segundo que parece inocente puede ser fatal», insiste Galán. 

Desde Tráfico creen que se debe incidir en las campañas de concienciación, más allá de la política sancionadora, para intentar reducir unos datos de siniestralidad que, reconoce el jefe provincial, «siguen siendo muy preocupantes». «Vamos a estar más encima porque en las reuniones estamos comentando que es un verdadero problema que afecta a todas las edades», añade. 

Controles. Las armas con las que cuenta una institución como la DGT se reducen a las campañas específicas de concienciación. No obstante, recuerdan que se han endurecido las sanciones por el uso del teléfono móvil. Ahora está castigado con la detracción de seis puntos del carné de conducir y 200 euros. Paralelamente, la Guardia Civil ha planteado estrategias para reforzar la vigilancia en las vías interurbanas. La utilización de drones y de coches camuflados son las dos más eficaces para detectar infracciones como estas. 

«Está demostrado que, sobre todo los coches camuflados, están funcionando. Pero también los rotulados generan mayor atención a la conducción porque los conductores se sienten vigilados», concluye Raúl Galán.