Las piscinas de Oña son uno de los principales atractivos para vecinos y turistas durante las vacaciones de verano. Sin embargo, desde que se construyó el complejo -formado por dos vasos- en 1960 apenas lo han mejorado. El equipo de gobierno municipal, liderado por Belén Paramio, consciente del deterioro, dispone de un proyecto de reforma integral cuya inversión asciende a 599.897 euros, para el que buscan fuentes de financiación ya que para el Ayuntamiento solo resulta inviable acometer.
Además de que el sistema de circulación de agua está anticuado, los servicios básicos de vestuarios y aseos son inaccesibles, las diversas plataformas existentes, los recorridos de circulación y las zonas de estancia tampoco, no cuentan con ningún sistema de gestión o control de acceso digital, ni dispone de sistema de eficiencia energética alguno. Por otro lado, debido a la antigüedad y el clima extremo de la localidad, los acabados tanto interiores de los vasos como exteriores de las playas se encuentran totalmente deteriorados, haciendo necesario su sustitución. Por ello, se plantea una memoria de la actuación global que pretenden «presentar a las convocatorias de ayudas a las que optemos para conseguir fondos y ejecutarlo», expuso en su día Paramio.
Las obras planteadas corresponden con la reforma del vaso, playas perimetrales y sistema de depuración de la piscina de adultos; la ejecución de una nueva piscina infantil, la renovación de aseos y vestuarios existentes (cuyas obras comenzarán este ejercicio); mejorar la accesibilidad; la instalación de un sistema fotovoltaico para abastecer la demanda energética de la depuradora; integrar un sistema de gestión de accesos y el marcaje de plazas de aparcamiento con señalización horizontal y vertical específica. Sin embargo, la corporación aprobó en noviembre de 2023 un «presupuesto muy ajustado» para el ejercicio actual que no contempla grandes inversiones más allá de la mejora de los baños y vestuarios del recinto y dar carpetazo a algunas de las obras que arrancaron a lo largo de la pasada anualidad.
La licitación del contrato de las actuaciones no se ha convocado todavía pero el Pleno sí ha aprobado la memoria valorada de una pequeña reforma en la que el Ayuntamiento destina 86.000 euros, que incluye adecuar los aseos y espacios complementarios de apoyo a la actividad deportiva y mejorar la accesibilidad para que las personas con movilidad reducida puedan utilizarlos, buscando un complejo que mejore en accesibilidad.
Respecto a la ejecución del gran proyecto, Manuel Oña, concejal del grupo socialista, declara que «las noticias que tenemos es que van a ejecutar lo que estaba ya proyectado y que no hay dinero para lo demás, por lo que poco podemos hacer». José Ruiz, portavoz de Gestión La Bureba, comprende que las piscinas «necesitan una reforma pero no que los pueblos estemos sin agua potable o sin agua. Atender esos asuntos no debe dejar a las pedanías descubiertas».