La última frontera del visón europeo cruza Burgos

G. ARCE / Burgos
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La supervivencia de esta especie, en situación crítica y con apenas una docena de ejemplares estimados en la provincia, pasa por la eliminación de su gran amenaza, el visón americano

La captura de los visones americanos en jaulas trampa es uno de los operativos que los agentes medioambientales desarrollan en Burgos desde hace más de 20 años. - Foto: Ángel Ayala

La torpeza, ignorancia y arrogancia del ser humano ha unido en un destino fatal a las dos especies más amenazadas de la fauna burgalesa: el visón europeo (Mustela lutreola) y el cangrejo autóctono. El mustélido y el crustáceo están al borde de la extinción, entre otros factores, por la reintroducción intencionada hace décadas de especies invasoras que les han ocupado su espacio, les han depredado y les han contagiado enfermedades. El visón americano (Neovison vison) se escapó o fue liberado de las granjas peleteras;los cangrejos americanos, entre otras especies, fueron utilizados para repoblar artificialmente los ríos y llenar los reteles. En ambos casos provocaron unos desastres naturales que no tiene vuelta atrás, salvo la preservación de los últimos reductos donde se esconden estos animales y la concienciación de la opinión pública del valor de su conservación y de respeto al orden natural.

La situación crítica del visón europeo se visualiza en números y los últimos los ha aportado un reciente estudio coordinado por el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (Miteco) en colaboración con las comunidades autónomas implicadas, entre ellas, Castilla y León. 

Se estima que en España sobreviven entre 130 y 157 ejemplares en una única población repartida en la parte alta de la cuenta fluvial del río Ebro, lo que incluye a territorios de Álava, Guipúzcoa, Vizcaya, Navarra, La Rioja, Zaragoza, Soria y también Burgos.

Estamos ante una de las tres únicas poblaciones que sobreviven en el mundo. Las otras se localizan en Rusia-Estonia;los deltas del Danubio y del Dniérter, en Rumanía y Ucrania; y la mencionada española, que suma el suroccidente de Francia.

A principios de siglo, se estimaba que en la Península Ibérica habitaba apenas un millar de visones europeos. Una década después, el número se redujo a 500. En 2018 se reconoció su situación crítica y son muchas las voces que apuntan a un riesgo real de desaparición en los próximos 5 años.

El papel de nuestra provincia en toda esta crisis es estratégico. Se trata de la frontera más occidental de Europa (del mundo) de este valioso mustélido, lo que implica que la amenaza y presión del visón americano es permanente y que la tarea de eliminación de este por parte de los agentes medioambientales de la Junta de Castilla y León, es intensa desde hace más de 20 años, cuando comenzó el programa de control de su población sistematizado.

Actualmente, se estima que entre una decena y una quincena de ejemplares de visón europeo habitan una parte de los ríos de la margen derecha del Ebro a su paso por la provincia, principalmente las subcuencas del Oca, el Tirón y el entorno de Miranda de Ebro. 

Es un espacio natural tan localizado y valioso que obligó a la modificación del trazado 'natural' del AVE Burgos-Vitoria, que discurrirá por el extremo oeste de La Bureba -Temiño, Rublacedo, Rojas, Vileña- y no por el corredor central en el que ya están construidas infraestructuras como la actual línea férrea, la N-I o la AP-1.

Para salvaguardar esta exigua población -y con ella la que puebla la cuenta del Ebro- se han eliminado en la provincia más de 5.000 visones americanos, una especie invasora de mayor tamaño, con mayor capacidad de reproducción y, por lo tanto, de expansión y de desplazamiento. 

Americano y europeo buscan los mismos espacios fluviales para habitar, pero son totalmente incompatibles. La supervivencia del autóctono depende del fin del foráneo, de los esfuerzos, estudios y fondos públicos que se destinen a esta concienzuda tarea de descaste.

Los americanos se capturan mediante el trampeo por tramos de río. Son jaulas cebadas con pescado o pollo ocultas entre la maleza en los lugares donde habita esta especie invasora. Se trata de un animal muy agresivo y rápido, que está dotado de garras y colmillos muy afilados. Se han capturados cientos de ellos en las riberas del Arlanza, el Arlanzón o el Pisuerga y también en zonas próximas u ocupadas por el visón europeo.

Pese a su peligrosidad, el visón americano aún sigue criándose en cautividad en granjas, donde siguen registrándose escapes accidentales de ejemplares que sobreviven y prosperan en el medio natural. 

Por los pelos. El personal del Servicio Territorial de Medio Ambiente, el Centro de Recuperación de Animales Silvestres (Cras) y el equipo de agentes medioambientales de la Junta en Burgos ha participado activamente en el estudio desarrollado por el Miteco.

Los trabajos de campo en la provincia se desarrollaron en los meses de otoño del año 2022. Como novedad, no se pusieron trampas para capturar ejemplares vivos sino para obtener partes de su pelo para su posterior identificación mediante estudios genéticos de ADN.

Las trampas pelo son muy sencillas: un tubo de PVC recubierto con tiras adhesivas en su interior y con un cebo de reclamo para el animal. 

En Burgos se distribuyeron una parte de las 4.000 trampas de pelo que se repartieron por todo el territorio nacional implicado. En total, se obtuvieron 700 muestras, la mitad de las cuales correspondieron al visón europeo y el resto a un amplio abanico de mustélidos, como la garduña, la marta, la comadreja, el turón y también el visón americano; y a otros carnívoros como los gatos, la gineta, el zorro y hasta un mapache y varias especies de roedores.

Todos los datos recopilados permitieron a los expertos del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) realizar una estimación de población y una cartografía de su distribución. El Miteco cifró en 142 ejemplares los que quedan, número que oscila entre los 130 y los 157. Son cifras todas ellas que confirman la situación crítica de esta especie.

Otras medidas. Los grupos conservacionistas han lanzado la voz de alarma ante los resultados del estudio del Miteco y han pedido medidas urgentes para evitar que los números sigan en descenso.

Reclaman el refuerzo del control del visón americano con un plan nacional de erradicación en todas las zonas donde está presente la especie invasora y el cierre urgente e inmediato de las granjas de visón que quedan en España.

Impulso y mejora de la cría en cautividad, dotándola de recursos suficientes, mejorando la coordinación y creando un comité asesor, similar al del lince ibérico.

Apuestan también por la restauración integral de los ríos donde habita el visón europeo, eliminando barreras, recuperando los caudales ecológicos y la vegetación de ribera.

Puesta en marcha de una campaña de sensibilización y comunicación que permita dar a conocer y poner en valor la especie amenazada, así como la importancia de conservar su hábitat.