Faltan anestesistas para el plan contra las listas de espera

GADEA G. UBIERNA
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El servicio de Anestesiología del HUBU afrontará el verano con diez especialistas menos y las vacaciones del resto, lo cual repercutirá en consultas y en quirófanos

Foto de archivo de un quirófano del HUBU, donde la actividad se resiente si hay déficit de anestesistas. Pero también afecta a las consultas y a otros servicios. - Foto: Valdivielso

El plan de Sacyl contra las listas de espera topará este verano en Burgos con el mismo obstáculo que, salvo breves períodos, dificulta el día a día en el HUBU desde 2018: la falta de especialistas en Anestesiología. Entre bajas, reducciones de jornada y, al menos, un caso de cambio de centro de trabajo, el servicio llegará a junio con diez profesionales menos de los que debería tener; es decir, con unos 36 anestesistas, según confirman fuentes no oficiales. A nadie en el hospital se le escapa que con esta plantilla no es posible mantener el ritmo al que aspira la Consejería de Sanidad para garantizar que las listas de espera, especialmente la quirúrgica, se mantienen a raya en verano, cuando las vacaciones siempre repercuten en las demoras. 

El HUBU cerró el primer trimestre del año con una reducción del 25% en el número de cirugías atascadas (5.501, según datos oficiales de la denominada lista estructural), pero con fecha concreta de entrada en quirófano. A estas operaciones habría que añadir otras 820 que están indicadas, pero para las que todavía no hay fecha de programación (la lista total). Y, en cuanto a tiempo medio de espera de cada paciente, el invierno concluyó con 149 días de demora en el HUBU; es decir, cinco meses.

El objetivo de Sacyl ahora en toda la Comunidad es aprovechar la primavera al máximo para poder llegar al verano con la menor lista posible y minimizar el impacto que siempre han tenido las vacaciones. Pero a eso, que es lo previsto, se le suma este año al HUBU un problema recurrente, como es la falta de anestesistas.

El año pasado, el servicio consiguió que Sacyl le diera permiso para convocar 18 plazas, una cifra récord, en la oposición mediante la cual quienes están trabajando como personal interino pueden acceder a la categoría de estatutarios y ganar en estabilidad. Catorce profesionales eligieron Burgos como destino y no todos se incorporaron, pero en las dos siguientes fases de la oposición se volvieron a convocar plazas vacantes y así se estabilizó a, al menos, dos anestesistas que ya estaban trabajando en el hospital burgalés.

Este mecanismo permitió que el servicio encarara el otoño y parte del invierno con una dotación suficiente como para poder trabajar a la vez en los 22 quirófanos que el HUBU tiene para pacientes en lista de espera (hay otros dos reservados para urgencias) y, a la vez, atender con tranquilidad todas las demás áreas que son competencia de los anestesistas y que van mucho más allá del bloque quirúrgico: partos, sedaciones para pruebas, el tratamiento del dolor, preoperatorios, atención de críticos... Este verano toda esa actividad se resentirá, salvo en lo relativo a los partos.

Peonadas. El pleno rendimiento se pudo mantener en parte de noviembre, diciembre, enero y parte de febrero, pero en primavera empezó a caer y esta semana ya se trabaja todas las mañanas en 18 quirófanos a la vez; un ritmo, que, no obstante, se considera que entra dentro de la normalidad.

Casi en la mitad de estos quirófanos se opera también por la tarde, bien con prolongaciones de jornada, en los casos en los que las cirugías previstas son muy largas o con peonadas, en las que los sanitarios que acceden a hacerlas y a cobrar por ellas se comprometen a sacar adelante un número determinado de operaciones. Este último procedimiento, denominado autoconcertación, es la base del plan de la Consejería contra las listas de espera y en el HUBU este verano parece difícil que se pueda llevar a cabo con una plantilla de anestesistas por debajo de lo que Sacyl considera adecuado para un hospital con el tamaño y las necesidades del HUBU, que son 46.