Las administraciones públicas son 'empresas' muy particulares y no es sencillo llevar al día cada asunto pendiente. En el caso del Ayuntamiento de Burgos en la última década se acumulan más de 36 millones de euros sin ingresar en las arcas municipales, una cantidad desglosada en impuestos, tasas, multas y sanciones que aún no han sido satisfechas por los ciudadanos o las empresas.

La liquidación del año 2022 refleja que un total de 45,2 millones de euros permanecen en el aire desde el año 1992, aunque una buena parte de ese dinero se ha diluido con el paso del tiempo a la espera de que finalice el trabajo de depuración de las cuentas.

La concejalía de Hacienda trabaja con la determinación de una hormiga para regularizar los derechos pendientes de cobro acumulados al cabo de los años. Los técnicos y responsables del área se centran en cobrar las cantidades que aún están 'vivas' y que todavía no han prescrito. 

Estos trámites afectan, sobre todo, a los últimos cuatro años. A partir de entonces las gestiones pendientes se deterioran al superar los plazos legales para hacer efectiva la reclamación.

Aunque las cifras globales pueden resultar llamativas, la regularización es constante.Durante el año 2022 el Ayuntamiento de Burgos recaudó 18,5 millones de euros pendientes después de comenzar con 63.691.351,23 euros acumulados. Finalmente, liquidó el año con los mencionados 45.248.730,31 euros aún por resolver. A ese montante hay que añadir los ingresos efectivos durante el primer trimestre de 2023.

Solo en el último ejercicio desglosado, el del año 2021, se acumulan 7,3 millones de euros pendientes de cobro. Los epígrafes más importantes de las cuentas manejadas por la concejalía de Hacienda se repiten año tras año y de ese total destacan los 3,4 millones de euros correspondientes a multas -1,1 millones de euros son de tráfico- y a otras sanciones.

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