500 resonancias atrasadas en el HUBU por criterio «clínico»

G.G.U. / Burgos
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El hospital solo se atribuye responsabilidad en la demora para esta prueba en 4 de los 510 casos pendientes

El HUBU tenía a finales de septiembre 510 resonancias magnéticas pendientes, pero solo en 4 casos el hospital considera que el retraso puede atribuirse a sus recursos y a su organización. - Foto: Luis López Araico

El HUBU tenía a finales de septiembre 510 resonancias magnéticas pendientes, pero solo en 4 casos el hospital considera que el retraso puede atribuirse a sus recursos y a su organización. Es decir, que únicamente admite una lista de espera estructural de 4 resonancias, aunque en realidad haya más de medio millar en cola.

El porqué de los retrasos en las otras 506 pruebas de este tipo, necesarias para confirmar o descartar diagnósticos, se lo adjudica el hospital a los propios pacientes (13 pendientes por «aplazamiento voluntario») y a los sanitarios (493 atrasadas por criterio «clínico»). No es la primera vez que el HUBU justifica la mayor parte de la lista de espera para esta técnica en razones clínicas, que, por otra parte, tampoco especifica. 

Y, de igual forma, no se explica por qué motivo un supuesto aplazamiento por causas médicas supone más de medio año de demora para la prueba (191 días). En los excepcionales casos en los que es el paciente quien solicita el retraso, la espera se alarga hasta casi diez meses (299 días). Pero incluso en la lista estructural, que en teoría es únicamente de cuatro personas, tienen que esperar algo más de un mes (38 días).

Los datos oficiales sobre esta prueba reflejan un empeoramiento con respecto a los registrados hace un año, a pesar de que el HUBU adjudicó a la sanidad privada la realización de otras 500 resonancias.
ecografías, por miles. No obstante, el principal cuello de botella en las pruebas diagnósticas sigue estando en el ecógrafo. Según los datos oficiales, el HUBU cerró septiembre con 1.717 estudios de este tipo pendientes. Y eso a pesar de que este año, por primera vez, se derivan a San Juan de Dios pruebas de este tipo, dentro del convenio de colaboración especial firmado entre Sacyl y la congregación religiosa.

A estas, correspondientes a la lista estructural, hay que sumar otras 321 aplazadas por decisión del paciente y, de nuevo, otras 304 por criterio «clínico». En estos dos últimos supuestos, los pacientes han de esperar una media de entre 129 y 104 días para entrar en la sala del ecógrafo. El resto aguardan algo más de dos meses y medio, siempre según Sacyl.