María Paz atraviesa el umbral de Alimentación Santelices y Silvia Rossi Vignola le sirve la fruta y verdura que desea. Ya en la caja muestra su alegría por la reapertura del ultramarinos, una tienda con productos de primera necesidad al alcance de la mano. «Tenerlo aquí, a la puerta de casa es un lujo. Estoy encantada», dice mientras se despide. Los niños que esta Semana Santa entraban sin cesar a por bebidas y golosinas también están muy contentos rememora Silvia, una emprendedora uruguaya, que se ha trasladado desde Barcelona con su marido Henry y ha dejado atrás toda una vida al frente de dos negocios de hostelería, el último, una pizzería en Vilanova i la Geltru (Barcelona).
Uno de los mayores problemas con que se enfrentó allí fue la falta de trabajadores para cubrir los puestos que necesitaba. En Santelices ella sola junto a su marido se organizan para abrir la tienda todos los días desde que inició su andadura el pasado día 7. Está pensando en librar los lunes, aunque estudiará qué día pasan menos clientes. Abre de 9 a 14 y de 16 a 21 horas. Desde luego no tiene miedo al trabajo esta mujer que descubrió Valdeporres gracias a unos amigos con casa en Robredo de las Pueblas. Fue en agosto pasado cuando se acercaron al pueblo en busca de alimentos y comprobaron que no había donde comprarlos.
Pronto decidieron cambiar de vida, venir al pueblo y disfrutar de una casa que estaban a punto de comprar cuando sus propietarios se echaron atrás. Ahora están de alquiler mientras encuentran esa soñada vivienda, parte de su nuevo proyecto personal. «Pero está costando», admite Silvia. Igual que también se están haciendo de rogar los proveedores que le ponen incluso condiciones abusivas (fianzas de hasta 4.000 euros), si quiere que se detengan en su negocio. «El gran problema son los proveedores», lamenta, pero se muestra convencida de que conseguirá todos los productos que se proponga y todos los que le pidan los clientes.
Clara Gañán, en la nueva tienda de artesanía que ha abierto en Puentedey con sus creaciones de ¡Aúpa Vidrio! . - Foto: A.C.En su camino, se ha encontrado con tres aliados, Begoña Peña, Ernesto Sainz y su hija Raquel, los propietarios del local y que regentaron como tienda de alimentos entre 1975 y 1998. «Los dueños me han ayudado muchísimo», asegura agradecida Silvia que en unos días sumará nuevas referencias y productos. El futuro está por escribir, pero si las cuentas dan no dudaría en crear un puesto de trabajo.
Menos ferias. La que también podría crear un empleo este verano es la artesana Clara Gañán, quien abrió tienda en Puentedey un día antes que Silvia. Ella también se enamoró de Valdeporres, pero hace 23 años. Reside desde entonces en Villavés, donde se encuentran el taller y exposición de ¡Aúpa Vidrio! y su hogar.
Clara ha apostado por un negocio a pie de calle en el recién nombrado uno de los pueblos más bonitos de España y confía en el tirón turístico que este nuevo título ha dado a Puentedey. A solo 5 minutos en coche de su casa, ha visto en la tienda la oportunidad de ir reduciendo poco a poco el número de ferias a las que acude a vender sus creaciones, porque montar y desmontar cada vez cuesta más. Y además, sabe que su material «está mejor presentado en tienda». Pero de momento compatibilizará las dos formas de venta y de ahí, que quizás este verano necesite ayuda.
Clara se formó en la Real Fábrica de Cristales de la Granja (Segovia). Con una creatividad que no se agota trabaja el vidrio fundido y soplado a caña, así como la técnica veneciana de la filigrana, para hacer colgantes, pendientes, anillos, centros de mesa, pequeñas bandejas, botellas, jarrones... Para Puentedey ya está pensando en unos joyeros que llevarán el nombre del pueblo y el puente sobre roca para que los turistas se lleven un recuerdo. Aunque desde que abrió se ha llevado la sorpresa de que también han sido muchos los vecinos de Valdeporres y el resto de la comarca que se han acercado a su tienda.