La implantación de la tarjeta ciudadana única se atrasa

J.M. / Burgos
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El equipo de Gobierno entiende que aún es necesario revisar el trabajo avanzado el pasado mandato y pese a la existencia de crédito en el presupuesto no se podrá licitar este año

El planteamiento es que la tarjeta se pueda utilizar para servicios como autobuses o instalaciones deportivas. - Foto: Alberto Rodrigo

La implantación de la tarjeta ciudadana única con la que poder acceder, indistintamente, a los autobuses urbanos, a servicios como el de las instalaciones deportivas o con la que poder adquirir entradas de eventos culturales, se aleja. La eterna promesa de las últimas corporaciones, nunca llevada a la práctica, ha llegado también en forma de herencia al Gobierno de coalición del PP y Vox, que se ha encontrado con partida presupuestaria para poder contratarla pero con un trabajo por detrás que todavía no está maduro y que hacen que vaya a ser materialmente imposible licitar y adjudicar el contrato sobre su desarrollo e implantación antes de que finalice este ejercicio.

En la última modificación presupuestaria figuraba una partida con 411.000 euros para este 2023 y compromisos de crédito plurianuales de casi 350.000 euros tanto en 2024 como en 2025. Pero la realidad es que sin tiempo material para revisar el pliego, aprobarlo, sacar el concurso y adjudicarlo antes del 31 de diciembre, este proyecto deberá a partir de ahora luchar con otros para ser considerado una prioridad por el Ejecutivo municipal y ser incluido en las cuentas del próximo año. Y en un contexto en el que se adivina ya un importante incremento millonario del gasto corriente y en el que esta actuación no tuvo cabida en el programa electoral del PP, la implantación de la tarjeta ciudadana única durante este mandato no está, ni mucho menos, garantizada.

Lo cierto es que al anterior equipo de Gobierno le entraron las prisas por tener elaborado un pliego antes de que finalizara la pasada legislatura y si bien es cierto que existe un documento en el que se incluye hasta un cronograma para la implantación con su correspondiente prueba piloto, no lo es menos que contiene imprecisiones que saltan a la vista. Se realizó un trabajo previo al hablar con los diferentes servicios municipales (para recibir sus aportaciones) pero se dejaron detalles sin concretar. Y eso en un pliego, que se convierte en contrato con la adjudicación, es necesario depurarlo.

El concejal de Modernización Administrativa y Digitalización, César Barriada, detalla que lo que se va a hacer es «revisar» el trabajo existente y reconoce que en este momento no se pueden dar plazos para la implantación de la tarjeta única. Pero ya no para este ejercicio, tampoco puede garantizar que se vaya a reservar una partida en el próximo Presupuesto.

La idea inicial establecía que la tarjeta ciudadana empezara a funcionar primero para los autobuses y para el alquiler de bicicletas y cada quince días añadir nuevos servicios. Se seguiría con el aparcamiento del Complejo de la Evolución Humana y con el acceso restringido al casco histórico. Después se incluiría todo lo relacionado con los servicios culturales, se continuaría con las bibliotecas y los centros cívicos y en la fase final se llegaría a las instalaciones deportivas. La implantación se completaría en un plazo de tres años.