«La reforma del arraigo laboral me ayudó a lograr un empleo»

L.M. / Burgos
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Mayra Figueroa, cuidadora de personas mayores, se benefició de la reforma del reglamento de la Ley Orgánica de Extranjería aprobada por el Gobierno el pasado verano

Mayra Figueroa, cuidadora de personas mayores. - Foto: Jesús J. Matías

Mayra Figueroa, nacida en El Salvador, llegó a España en 2019 huyendo de la lacra que suponen en su país natal las pandillas. «Entré como turista y enseguida solicité la protección internacional», explica. La ONG Accem en Burgos le acompañó para solicitar el resguardo de asilo o la 'hoja blanca' que le permitía estar legalmente en España pero no a trabajar. «Me puse a buscar en qué entretener mi tiempo. Empecé a hacer cursos de todo tipo», indica.

El primero que hizo fue sobre cocina en la Fundación Lesmes, de donde salió con su primer contrato. Al cumplirse los 9 meses con la 'hoja blanca' tuvo luz verde para empezar a trabajar, todo un alivio para ella y su familia. Mientras tanto siguió formándose en otras academias y en materias como la limpieza, el empleo doméstico. «Quería que, cuando llegara el momento de poder trabajar, tener muchas opciones», admite. «Me llamaron del restaurante donde hice las prácticas. Estaba muy contenta», asegura.

Sin embargo, cuando recibió la tarjeta roja, que permite permanecer en España de manera legal, recibir asistencia sanitaria o abrir una cuenta bancaria, su autorización de asilo fue denegada. «Perdía el permiso de trabajo y no tuve otro remedio que dejar el restaurante», rememora.

Es en este punto, el verano pasado, en el que el Gobierno aprobó la reforma del reglamento de la Ley Orgánica de Extranjería. «Si tenía al menos 6 meses cotizados en la Seguridad Social más dos años de residencia ininterrumpida en España podía iniciar el proceso de arraigo laboral», explica de carrerilla. Figueroa cumplía esos estándares, lo que avaló su permanencia en Burgos. «Metí mi arraigo laboral y me lo concedieron. Fue una satisfacción inmensa», afirma.

Además de la posibilidad de acceder al mercado de trabajo, la modificación legislativa avaló la autorización para residir de forma ya completamente legal en nuestro país. «Si me llegan a faltar aunque sea unos pocos días para llegar a los 6 meses cotizados me habría quedado sin permiso. Habría sido un desastre», asegura. De este modo, Figueroa volvió a repartir currículum a diestro y siniestro hasta que le salió una nueva oportunidad laboral, en este caso cuidando a una persona mayor.

«Mi intención es quedarme aquí. Tengo residencia para los próximos 4 años. Después de todo lo que he pasado y todos los esfuerzos que he hecho, no lo puedo dejar ahora», insiste. Como este ejemplo existen muchos en la provincia y en el territorio nacional que se han visto beneficiados por la modificación de la ley de extranjería.