Los radares fijos sancionan a 2.000 vehículos con dos cabinas

F.L.D. / Burgos
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Por el momento se han controlado la avenida Caja Círculo y la calle Esteban Sáez Alvarado. La Policía Local cuenta en Burgos con dos dispositivos que van rotando

El radar de la carretera del Cementerio ha sido uno de los que más ha multado en lo que va de año. - Foto: Jesús J. Matías

Son muchos los conductores que ven la utilización del radar móvil como una estrategia recaudatoria de la Policía Local, pues la colocación suele estar oculta y sin un cartel que avise. Pero lo cierto es que las cabinas fijas, ubicadas en localizaciones de sobra conocidas y que están debidamente señalizadas, son más 'multonas' que el cinemómetro portátil. Así lo demostró la memoria del pasado año y confirman los datos recabados hasta el momento. Porque en lo que va de año se mantiene la media sancionadora, y eso que solo han funcionado dos cajetines. 

No conviene generalizar y menos si uno observa el comportamiento mayoritario de los conductores cuando van a sobrepasar un radar fijo. La tendencia habitual es la de frenar incluso hasta descender la velocidad por debajo de los 50 kilómetros por hora, por si acaso. Aun así, siguen siendo muchos los infractores que superan los límites de velocidad en la ciudad. Si solo nos fijamos en la estadística de los dispositivos permanentes, vemos un total de 1.822 sanciones por no respetar la normativa. 

Lo curioso de estos datos, facilitados por el Área de Seguridad Pública y Emergencias del Ayuntamiento de Burgos, es que estas casi 2.000 infracciones han sido detectadas por solo dos de los seis cajetines distribuidos por la ciudad. Más concretamente el de la avenida Caja Círculo (1.460 denuncias) y el de la calle Esteban Sáez Alvarado, a la altura de Coprasa (362). 

Desde la Policía Local recuerdan que solo cuentan con dos dispositivos que van rotando por los seis emplazamientos -hay también en Casa La Vega, avenida del Arlanzón y dos en Santa Bárbara-, en función de dónde consideran que puede haber mayor riesgo para el peatón o también de las quejas y demandas vecinales. «De momento hemos optado solo por estas dos ubicaciones, pero al menos una la cambiaremos próximamente. Desde luego, el del cementerio es el que más tiempo está estable porque es donde se alcanzan mayores velocidades», señala el intendente jefe del cuerpo, Félix Ángel García Llorente. 

A mayores de estos dispositivos fijos, los agentes cuentan con otros dos radares móviles, conocidos como veloláser, que también van colocando por diferentes calles de la ciudad en función de las quejas vecinales o para vigilar el respeto a las velocidades máximas en las vías compartidas de 30 y 50 kilómetros por hora. No en vano, en base a los últimos informes se han percatado de que hay lugares en los que algunos vehículos corren demasiado. Es el caso de Valentín Niño, Islas Baleares o incluso la calle Vitoria. También en algunas con menos tránsito como Conde Lucanor o Arlés.

Es por eso que el Ayuntamiento destinará una partida para instalar más radares fijos en algunos de estos puntos y así poder utilizar el veloláser en otros emplazamientos. No hay que olvidar que Burgos es una de las ciudades de su entorno con menos cinemómetros estables.