El precio de sobrevivir a la derrota

I.L.H.
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David López Cabia afronta en 'Frontera sangrienta' la neurosis de guerra y la moral en el combate durante la batalla del bosque de Hürtgen, de 1944, sobre la que también participa en un documental

Un bosque más espeso que en el que posa López Cabia, en las inmediaciones del Castillo, fue el campo de batalla de estadounidenses y alemanes. - Foto: Alberto Rodrigo

No les destripo nada si les digo que el ejército de Estados Unidos pierde la batalla del bosque de Hürtgen (1944), episodio sobre el que versa la séptima novela de David López Cabia y en el que luchan los protagonistas. Lo dicen los libros de Historia de la Segunda Guerra Mundial, pese a que por tratarse de una derrota sufrida unos meses antes de la victoria final sobre la Alemania nazi, se ha mantenido relegada al olvido. Y precisamente esa es una de las razones por la que la rescata para ambientar Frontera sangrienta (Círculo Rojo), además de por ser la batalla sobre la que el cineasta Laureano Clavero prepara un documental con el autor burgalés como uno de los recreadores.

«El hecho de uniformarte, cargar con todo el equipo que portaban los soldados y recrear el ambiente embarrado y húmedo para Hürtgen into the muddy battle, el documental de Clavero, me hizo involucrarme mucho más en esa batalla. Hay una carga emocional mayor con los personajes», señala López Cabia, que en los próximos días acudirá a Tarragona para participar en las últimas sesiones de rodaje y en la entrevista que le hará el director para situar la acción en la Alemania de 1944, en cuya frontera con Bélgica ocurren los hechos. 

«Es una de las batallas en las que peor queda el ejército de Estados Unidos. En lugar de rodearlo, atacan atravesando un bosque intransitable, lleno de minas y  búnkeres. Fue una pésima estrategia que costó muchísimos muertos para ganar apenas unos metros: en solo una semana, la 28 división a la que pertenece el teniente Boyle, que es el protagonista de la novela, pierde 6.000 hombres. El terreno, la climatología y el contexto pasan factura y hay deserciones, casos de fatiga de batalla, enfermedades como el pie de trinchera...», relata el escritor, que en su nuevo libro hace hincapié en la neurosis de guerra (hoy se llamaría estrés postraumático), la moral en el combate y los aspectos psicológicos de quienes viven al límite y han de sobrevivir a la derrota.

El teniente Boyle es un hombre hundido que tiene la responsabilidad de dirigir a un pelotón. «Lleva combatiendo desde Francia, ha visto morir a muchos amigos y no puede más. Encima, desde que han entrado en Hürtgen todo les sale mal.Lo que está viviendo es tan sombrío como el propio bosque. A duras penas logra dirigir a los hombres y mantenerse medianamente cuerdo».

Desde esa oscuridad deberá enfrentarse a los contratiempos mientras, al otro lado de la línea de frente se topará con Lena, una joven judía que se ha ocultado en el bosque. «En un escenario de pesadilla ambos personajes intentarán darse respaldo para salir adelante».

Frontera sangrienta cuenta estos avatares prologado por el historiador José Luis Hernández Garvi, que destaca del autor su «estilo directo y a veces descarnado», el «retrato vívido» de los personajes, las «acertadas descripciones» y un lenguaje y diálogos que «contribuyen a dar una pátina de autenticidad» a esta historia que sitúa «en la mejor tradición del relato bélico».