«Si sueñas mucho, te pierdes lo que pasa ahora mismo»

ALMUDENA SANZ
-

Morgan hace su último bolo del año este viernes en la Sala Andén 56. El repertorio escogerá las canciones más animadas para una noche de fiesta sin dejar el momento baladas. Palabra de su batería, Ekain Elorza

Ekain Elorza (de pie), junto Nina de Juan, Paco López (i.) y David Schulthess. Todos completan Morgan. - Foto: Javier Bragado

Ekain Elorza coge el teléfono como si al otro lado de la línea esperara un colega. Habla risueño y con frescura. Sale de una tienda de música. Acaba de comprar material para afrontar los conciertos de la recta final del año. Se lleva un pedal, un asiento y unas baquetillas. «Nada muy impresionante, pero sí muy necesario. Muchas veces te preguntan por qué vas con alfombra por la vida. Pues porque sin ella, la batería se resbala. Te puedes olvidar un platillo o un timbal, pero no la alfombra. Te puede joder un concierto», comparte entre risas los detalles más prosaicos de la vida de un músico. Al batería de Morgan le ha puesto contento despertarse con la noticia de que han agotado entradas para Santiago. También le hace feliz pensar que el último bolo del año lo darán en Burgos. Hoy, dentro del ciclo Burgosonora, en la Sala Andén 56 (23 euros). 

«Vamos con muchas ganas porque Burgos siempre nos ha acogido de una manera especial. No sé qué pasa ahí que gustamos mucho. Ya en el primer teatro al que fuimos alucinamos con la cantidad de gente que vino», anota, tira de memoria y recuerda que aquella primera vez fue en Cultural Cordón, que luego llenaron el Teatro Principal y que pasaron por el Museo de la Evolución. «Ahora estamos en formato salas, público en pie y birra en mano, nos toca el Andén 56, antiguo Hangar, y esperamos que nos recibáis como las otras veces», completa y ya al final de la conversación caerá en que quizás si sienten la plaza tan familiar es porque de Burgos es el teclista, David Schulthess. 

Todo se confabula para poner una bonita guinda a 2022. Un momento ideal para echar la vista atrás y ver cómo ha sido el último año para una banda nacida hace justo una década en Madrid. 

Cuenta Elorza que esa misma mañana ha estado vaciando el chat del grupo. «El móvil me ha dicho que estaba hasta arriba». Y en esa exportación de fotos y vídeos ha pasado delante de sus ojos un año imparable. «Ha sido una locura. Empezamos con los dos prices en Madrid, el Palau en Barcelona, la gira con Fito, que para nosotros ha sido, imagínate, una experiencia que no se repetirá nunca más... Ha sido todo tan intenso que impresiona verlo de golpe», ilustra y añade que también tenían muchas ganas de volver a las salas. «Hemos crecido en ellas, tocando y viendo conciertos y, pandemia de por medio, hemos estado tres años sin hacer una. Queríamos volver, y ver al público de pie, cerca, que te grita, te canta, te baila delante... Es muy emocionante. Estoy encantado», deshilacha el batería de este cuarteto con la voz de Nina de Juan al frente y Paco López a la guitarra. 

El nombre de Fito pesa mucho en esa balanza. Morgan se convirtió en la formación invitada del artista vasco en su gira de primavera-verano. «Ha sido increíblemente generoso con nosotros. Es un ejemplo de trabajo, como, poco a poco, tras una carrera tan larga, ha conseguido llegar donde está y encima con un ambiente de trabajo tan bueno y bonito. Todo el equipo es súper majo. El día de la despedida, en la comida de celebración, le dijimos 'cuando tengamos que tomar alguna decisión importante, pensaremos en cuál tomarías tú'. Lo haremos seguro, porque lo hace todo desde el corazón. Eso es lo que cuenta». Amén. 

Ese echarse a la carretera con Fito y los Fitipaldis ha sido especial para todo el grupo y especialmente para Elorza. El caserío de sus padres se encontraba a escasos metros del estudio donde Platero y Tú grabó sus últimos discos e incluso, aventura, los primeros de la carrera en solitario del propio Fito. 

«Para mí es una leyenda. Y ahora verlo tan cercano, y que le gusta lo que hacemos, y que nos apoya un montón... Todavía estamos asimilando. No nos lo creemos. Nuestra misión era disfrutar de esa gira y lo hemos hecho hasta el último día». No hacen falta más palabras.

Su ejemplo los acompañará en cada bolo. Incluido el de esta noche en Burgos. Les gusta adaptar el repertorio al recinto. Y una sala huye de la intimidad para brindar por el encuentro. «Para las salas hemos recuperado las canciones más animadas e intentamos que sea una fiesta. También tenemos nuestro momentito porque somos muy de baladas, las cosas como son, pero intentamos que todos pasemos un buen rato», aboceta un concierto en el que repasarán temas de sus tres álbumes, The River and the Stone, Air y North. 

Tornará la Sala Andén 56 en una atalaya para mirar hacia adelante. Un horizonte en el que destella el 21 de enero. Los espera el Wizink Center de Madrid. Comparten escena con The Golden Family. Casi una veintena de músicos sobre las tablas. A lo big band. El antiguo Palacio de los Deportes impone y los nervios ya empiezan a hacer de las suyas. «Es un reto. Hay que intentar disfrutarlo igual, pero siendo conscientes de que es un concierto especial. Queremos que lo sea para todos, también para nosotros», sostiene y promete una noche de celebración sin mirar a los lados. 

Luego Morgan continuará viaje, más fechas, más salas, y un verano de festivales. Tras cuatro años, hay ganas de ponerse festivalero. «Es otro mundo, tocas de otra manera, hay mucha gente que no te conoce, te enfrentas a situaciones diferentes. Nos lo pasamos igual de bien», remacha el batería de una banda que pasado el décimo aniversario confiesa no pensar mucho en el futuro. 

«Vivimos en el presente, nos gusta disfrutar de lo que hacemos en el momento y no tener muchas expectativas sobre lo que venga. Te puede dar muchos dolores de cabeza y hacerte más mal que bien. Si sueñas mucho, te pierdes lo que te pasa ahora mismo, que es increíble. Y lo que nos está pasando es un milagro. Hay que disfrutar del ahora, porque, de momento, cada año ha sido más increíble que el anterior», se explaya un Elorza entusiasta y feliz con su asiento, su pedal y sus baquetas por las calles de Madrid.