"La matanza indiscriminada de civiles en Gaza debe parar ya"

ANGÉLICA GONZÁLEZ / Burgos
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El burgalés David Cantero, que hasta la semana pasada ha sido el coordinador general de Médicos sin Fronteras en los Territorios Palestinos Ocupados, pide un alto el fuego «duradero, inmediato e incondicional» y la entrada de suministros suficientes

"La matanza indiscriminada de civiles en Gaza debe parar ya" - Foto: MSF

No le gusta mucho hablar de sí mismo ni hacerlo en primera persona. De hecho David Cantero (Burgos, 1972) siempre utiliza el plural cuando se refiere al trabajo que realiza en Médicos sin Fronteras (MSF), ONG con la que ha sido testigo de cómo es la vida, la enfermedad, la salud y la muerte en las zonas más empobrecidas y conflictivas del mundo, y esta vez no es una excepción. Este economista -«de formación, que no de corazón», dice siempre-, que lleva más de dos décadas en la entidad, ha sido hasta la semana pasada el coordinador general de MSF en los Territorios Ocupados de Palestina; de hecho, estaba preparándose su relevo cuando estalló la guerra, por lo que tuvo que alargar el trabajo allí unas cuantas semanas más. Ahora, desde Ammán (Jordania) manda un dramático mensaje de petición de alto el fuego porque sus compañeros -más de 300, casi todos palestinos- están viviendo en directo y con riesgo cierto de su vida y de las de sus familias «una matanza indiscriminada de civiles que no tiene precedentes en la zona y que tiene que parar ya»: «El mundo está siendo testigo en directo de una masacre de población civil».
«Es imprescindible que haya un alto al fuego inmediato, duradero e incondicional, tiene que parar este baño de sangre, tienen que dejar de morir civiles, personas inocentes, y se tiene que permitir la entrada masiva y sin restricciones en Gaza de camiones con agua, comida, medicamentos y combustible. Deben entrar cientos y cientos de camiones diarios. Antes de la guerra llegaban  entre 300 y 500 al día para abastecer a los dos millones de personas que vivían allí y hoy lo que llegan son decenas, algo totalmente insignificante. A día de hoy (por el miércoles pasado) no ha entrado ni un solo camión de combustible en la Franja y sin combustible no funcionan las plantas desalinizadoras para tener agua ni los hospitales, la mitad de los cuales han dejado ya de ser funcionales».

(Reportaje completo en la edición de hoy de Diario de Burgos o aquí)