Alto ritmo de reservas de viaje en los primeros meses de 2024

D. ALMENDRES / Burgos
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Las agencias burgalesas registran una alta actividad de negocio en un momento de cambio en la compraventa de paquetes vacacionales y esperan que vaya a menos

Las agencias de viaje esperan un año positivo para el sector. - Foto: Christian Castrillo

Las agencias de viaje se remangan para gestionar el alto ritmo de reservas generado en los primeros meses de 2024. Las perspectivas para este año son positivas, aunque el sector acelera para adaptarse a los nuevos hábitos de compra del consumidor y asume que será muy difícil mantener el listón alto a medida que avancen los meses.

«La forma de viajar ha cambiado», explica Icíar Blanco. La presidenta de la Asociación de Agencias de Viajes de Burgos reconoce que el primer trimestre «ha empezado fuerte» y, del mismo modo, augura un cambio de tendencia. «Si seguimos así nos saldríamos, pero es que la gente reserva con mucha más antelación y lo vendido ahora no se va a vender luego», matiza.

Por un lado, la situación invita al optimismo. «Ya 2023 empezó bien y rozó los números de antes de pandemia», recuerda. Por otro, la prudencia es un aliado clave. «Hay la sensación de que se vende más, pero eso es porque se reserva antes y hay menos donde comprar.  No va a haber ofertas de última hora porque no hay producto», expone.

«Antes los touroperadores arriesgaban su dinero sacando ciertos paquetes vacacionales, pero con el bajo coste hay otras formas de vender», comenta, para advertir que esta fórmula tiene sus contrapartidas para el cliente y exige «mucho trabajo» a los profesionales para hilar fino. «Todo vale para viajar y luego vienen los problemas», lamenta.

Cada detalle cuenta en un escenario complejo. «Las compañías tampoco lo ponen fácil», expone Blanco, para poner como ejemplo los constantes cambios detarifas de los hoteles. «Antes se sabía que un hotel en Benidorm costaba tanto del 1 al 31 de mayo. Ahora estamos ante una realidad que no existía», subraya, para poner otros ejemplos.

«Ya no hay folletos. En el pasado los mirabas en casa con calma para ver con tiempo qué te apetecía y qué te cuadraba. Hoy los clientes que vienen a la oficina para informarse ven cómo los precios han subido cuando vuelven para contratar el paquete», explica.

Si en su momento arriesgaban los touroperadores, ahora son los clientes quienes asumen los imprevistos que puedan surgir. Los seguros de viaje o la flexibilidad en la cancelación son las nuevas 'ofertas'  a disposición del consumidor, quien decide al comienzo del año sus vacaciones de verano.  «Se trabaja diferente. Enero, febrero o marzo eran tranquilos y ahora estamos hasta arriba. Nunca he dado vacaciones en agosto y estoy segura de que será un mes fácil», avanza Blanco.