Ha sido un larguísimo proceso que, parece, está ya cerca de tocar a su fin. El concurso de acreedores en el que está sumida la constructora burgalesa Arranz Acinas desde el verano de 2015 inició este pasado junio una nueva fase al decretar el Juzgado de lo Mercantil número 1 de Burgos una puja online con 78 lotes de bienes que se encontraban sin adjudicar.

Los interesados podían presentar ofertas por activos con un valor total de 30 millones de euros hasta el 1 de julio. La empresa encargada de llevar a cabo el proceso, la burgalesa especializada en subastas Trademat, así como la propia compañía, confirman que una parte «muy importante» de esos bienes ya se han adjudicado y escriturado, mientras que el remanente de los que no han llegado a este punto no está lejos de contar con un nuevo propietario.

Con la recaudación de todo el dinero obtenido en la subasta, el administrador concursal de Arranz Acinas -Aliquo Auditores- debe saldar las deudas con los centenares de acreedores de la empresa, entre trabajadores, bancos, Seguridad Social y proveedores.  Una vez culminado este proceso, con las quitas correspondientes, se dará por finalizado el concurso, aunque todavía queda un tiempo para tener todos los aspectos resueltos.

Fue un acreedor el que activó el procedimiento hace ya más de 7 años. La constructora era incapaz de asumir sus compromisos contractuales y los impagos se acumulaban mes a mes.

Arrancó entonces el mayor concurso de una empresa en la historia de Burgos, ya que los bienes y derechos de la compañía fueron cifrados en 135 millones de euros. Durante los últimos tiempos el administrador ha logrado ir deshaciéndose de buena parte de ellos: en total se ha desprendido de 341 lotes, que se han entregado en ejecución hipotecaria a los bancos acreedores -un total de 175- o bien con la venta directa a través de acuerdos particulares -166-.

Entre los bienes y activos que se sacaron a subasta y que se han adjudicado figuraban elementos de todo tipo: pisos, solares, plazas de garaje, locales comerciales a pie de calle, trasteros... incluso concesiones administrativas de plazas en el parking de Plaza Vega.

La más valiosa es un pinar situado en Pago de la Revilla, un paraje situado en Laguna de Duero, localidad próxima a la capital vallisoletana. Esta masa arbórea está valorada en 4,1 millones de euros, aunque el precio de salida es del 50% de esa cantidad. Lejos de Castilla y León la firma también poseía inmuebles en Murcia, en concreto en La Alberca, donde se hallan 8 fincas agrícolas.