María Jesús Jabato

Señales de vida

María Jesús Jabato


La tilde

25/11/2022

Probablemente lo han visto ustedes aquí, en este periódico, a página completa, un anuncio del Ayuntamiento en favor de una movilidad más amable, que presenta un peatón que, a imagen y semejanza de la Pantera rosa, cruza el paso de cebra de San Lesmes bajo esta frase Sólo tenemos una vida. El adverbio va así, tal cual, con su tilde innecesaria a modo de peineta sobre la o.

Ya se ve que los publicistas municipales no saben mucha ortografía y ponen el acento donde no deben para decirnos que solo se vive una vez y recomendar a los conductores amabilidad. Todo muy flower power, muy happy, muy light, cuando el mensaje que se debe enviar al conductor es que cumpla la ley, que respete los pasos de peatones, la velocidad, las distancias y las normas o será sancionado, y lo mismo al viandante, al ciclista y al conductor de patinetes, a los que solo se considera víctimas del automovilista grosero y maleducado, aunque tanto ciclistas como patinetes agreden también con sus incumplimientos al peatón-pantera rosa del anuncio.

Un poco de seriedad, señores y señoras del negociado de la movilidad urbana, y que tome nota de estas consejas de amabilidad y delicadeza el alcalde De la Rosa, al que un tertuliano de una radio local, de lengua larga el hombre, ha afeado que parara su coche para hacer un cambio de conductor en medio de un paso de peatones, o sea, incumpliendo y sin respeto. Consejos vendo…

En suma, que la tilde, el acento, no está donde debe, porque el acento debe ponerse en el cumplimiento de la ley y no en otras florituras. Tal vez la policía que comanda la concejala Carpintero sancionará a partir de ahora las infracciones de amabilidad y de respeto hacia el peatón y no las conductas contrarias al Código de la Circulación porque estamos en periodo pre electoral y no hay que enseñar la patita, o sea, el talonario, el semáforo espía y el multacar, no vaya a ser que se den cuenta los ciudadanos, los muy cabritillos, de que viene el lobo.

Ya perdonarán ustedes que los llame cabritillos, pero lo exige el guion, la columna, el cuento, que pintaba mal, pero acabó bien, con el lobo despanzurrado y los siete chivitos bailando, pero esta es otra historia a la que hemos llegado por culpa de una tilde mal puesta, del acento de una campaña por una movilidad rosa y sonriente. Solo tenemos una vida, así, a palo seco, sin tilde, solo se vive una vez; ya lo cantaba Azúcar Moreno, one, two, three, ¡caramba!

mariajesusjabato@mariajesusjabato.com

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