Rocío Martínez

Pegada a la tierra

Rocío Martínez


Un juego de niños

05/12/2022

Le preguntaban el otro día a Luis Enrique en uno de sus famosos streaming si se presentaría a las elecciones generales si ganaba el Mundial. Bien es cierto que la pregunta llegaba al calor de la goleada a Costa Rica y el meritorio empate ante Alemania. Ahí, Luis Enrique era un fenómeno, hoy el burbujeo patrio futbolero se nos ha venido un poco abajo tras el flojísimo partido ante Japón. Pero deseando estamos el martes volver a subir la espuma con entusiasmo. 

Lucho se reía, con esa risa estruendosa que se gasta en esos desenfadados encuentros con sus fans. En tono de sorna, no lo descartaba, y conminaba a los políticos a cumplir lo que prometen. Al menos la mitad en el primer año. 

Aprovechando el tirón que sin duda tiene Luis Enrique, para bien o para mal, les podía haber pedido a los políticos que moderen el tono, que no pierdan la educación. Porque mira que es difícil gestionar un vestuario de fútbol, un manojo de egos de jóvenes millonarios, pero lo que hacen Luis Enrique y sus colegas es un juego de niños comparado con la jauría en la que tiene que poner orden Meritxell Batet. A veces me pregunto, ¿qué pensarán cuando lleguen a casa y se vean en la tele con semejantes tonos, descalificaciones, faltas de respeto, aspavientos y numeritos? ¿Bochorno? ¿Vergüenza? Espero que no sea orgullo. 

La palabra bronca es la que más se utiliza para definir en los últimos tiempos cada cita grande en las Cortes. Sus señorías hace tiempo que han perdido por el camino eso, el señorío, y se rebozan en un barro dialéctico poco edificante, y menos constructivo. Instalados en la polarización, en un cálculo político por el que parece que todo vale, la imagen que arrojan los representantes de los españoles deja mucho que desear. Demasiadas veces. 

Y lo que nos queda, en esta eterna precampaña electoral en la que, por unas u otras urnas, vivimos. ¿Se imaginan cómo hubiera sido la Transición con esta inquina política entre unos y otros? Mejor, ni pensarlo. 

Mejor, ¡pensemos en el Mundial! que, sí, que el fútbol será el opio del pueblo, o el circo del pan y circo de los romanos, pero que nos dure. Que España gane el Mundial, aunque ahora no parezca fácil, y que Luis Enrique lo celebre como le gusta, montando en bici. Pues que se venga a Burgos, lo tiene en sus planes, según contó también en su twitch. Y para el almuerzo de la grupetta, que no se preocupe, que por esta tierra no le faltarán, seguro, unos buenos huevos.