Los seis candidatos a la Alcaldía de Aranda de Duero completaron su votación antes del mediodía. Los más madrugadores fueron Andrés Gonzalo, de Podemos IU, y José Antonio Fuertes, de Cs, ambos en el Colegio Fernán González, cuando no había pasado ni media hora de la apertura de las mesas. Gonzalo expresaba el repetido deseo de que todo se desarrollase con normalidad, mientras que Fuertes aprovechó su llegada al centro electoral para revisar si había suficientes papeletas de su candidatura.

Una hora más tarde, le tocaba el turno a Raquel González, del PP, que también votó en el Fernán González, asegurando que la tensión de la campaña había quedado atrás, que la jornada de hoy le ilusiona pero no le pone nerviosa. Como anécdota, al no llevar encima la tarjeta censal, antes de votar preguntó en la mesa si era allí donde le correspondía depositar su papeleta.

A las 11 fue a votar Ildefonso Sanz, del PSOE, en el polideportivo Chelva. Tras saludar a sus apoderados, y a los de otros partidos, se dirigió a preparar su voto y lo depositó en la urna mientras charlaba con la presidenta y los vocales para, después, continuar con su recorrido por otros colegios electorales.

Andrés Gonzalo (Podemos IU) en el momento de votar. - Foto: I.M.L.

Al Colegio Simón de Colonia acudió Sergio Chagartegui, de Vox, a las 11:30 horas. La mayor afluencia de votantes que a esa altura de la mañana ya empezaba a notarse ante las mesas electorales provocó que tuviese que esperar unos diez minutos para votar, que aprovechó intercambiando impresiones con los apoderados de su formación y de otras siglas.

El restante, Antonio Linaje, de Sentir Aranda, fue previsor y ya había ejercido su derecho al voto por correo, pero estuvo presente en los colegios electorales para pulsar el desarrollo de la jornada.

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Entre los representantes de los diferentes partidos que concurren en Aranda a las urnas el comentario más repetido en la categoría de quejas aludía al IES Sandoval y Rojas. Los votantes de Santa Catalina se encontranban al llegar que se había modificado el lugar de votación y que, además, la entrada principal no era accesible, con un escalón de más de 20 centímetros. A pesar de que se había habilitado otra entrada al polideportivo, la escasa señalización obligaba a los agentes de la Policía Local y Nacional y a los apoderados a indicar a los votantes que lo necesitaban dónde estaba la rampa para entrar, acompañándoles incluso para evitar problemas.