Aire nuevo para el Casco Viejo

ARSENIO BESGA
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Las noches de Miranda cuentan ahora con una pieza más en su tablero. Un-Bar acoge conciertos y representaciones en directo, es decir, devuelve a la antigua zona de ocio su esencia más pura

Jorge Castro sobre el escenario de Un-Bar, el mítico establecimiento de Miranda de Ebro. - Foto: Arsenio Besga

El ocio en Miranda ha cambiado con el paso de los años. Durante décadas los ciudadanos acudían al Casco Viejo en las horas nocturnas para bailar, reír y, a fin de cuentas, disfrutar. Sin embargo, a partir de 2010 el ambiente se desvió hacia el otro lado del Ebro. Un hecho que Jorge Castro, el nuevo propietario de Un-Bar, pretende remediar en la  medida de lo posible. El local ahora no sirve solo como espacio de reunión, también acoge música en vivo.  

«Yo viví la época en la que el Casco Viejo era el centro neurálgico de 'la marcha' en Miranda», comenta Castro. «Desde hace tiempo, aquí encuentras locales para tomar un vino, un pincho… Pero también hacía falta otro tipo de bar. Uno de diversión», añade. El empresario destaca además que «toda una generación» siente cierta nostalgia de aquellos tiempos pasados. Por ello, devolver a Un-Bar la vida e, incluso, ampliar su gama de actividades ha sido una iniciativa muy bien recibida.

«Sales a cenar y cuando vas a tomar una copa igual el mejor sitio no es en el que coincides con tus hijos o con sus amigos», explica entre risas el hostelero. El número de este tipo de bares resulta escaso -por no decir nulo- en comparación con la cantidad de personas que lo reclaman. «Quería dar ese servicio, que ahora mismo en Miranda está limitado», reconoce Castro.

Aunque el proyecto ya tiene definida su dirección, no siempre estuvo tan clara. Este emprendedor local tomó las riendas del establecimiento «casi por casualidad». Castro explica que «buscaba casa» cuando se acordó del edificio que ahora posee y el bar iba incluido en la adquisición. «Apenas necesitaba reforma, me lo entregaron en muy buenas condiciones», analiza el mirandés. «Hice los trámites para que fuera no solo un pub, sino un café-cantante», expone. De hecho, el propietario ha dado un paso más allá y ha colocado una cuidada tarima desmontable. En resumidas cuentas, ha hecho realidad una idea que surgió de la nada, ha convertido un lugar mítico de Miranda en «algo más». 

El primer evento musical en vivo, desarrollado el fin de semana pasado, ha contado con la actuación de Pablo Solo.Según Castro se trata de «un artista buenísimo [...] como otros que hay en España y que no se les conoce tanto, porque el panorama está copado por los grandes». La novedosa iniciativa ha alzado el vuelo y no parece que vaya a aterrizar por el momento. «Tengo ya en mente para el próximo 11 de diciembre alguna cosa más», anuncia el dueño. «Eso sí, debo cuadrar días porque no quiero restar a otros negocios de la zona», completa.

Gracias a este proyecto el abanico de actividades de ocio ha crecido. Los ciudadanos y turistas pueden acudir a conciertos, sin necesidad de visitar grandes salas, e, incluso, elegir las canciones que bailan por la noche. «Eso es algo que no está escrito, pero la barra no tiene puerta y el equipo de música está a mano…», reconoce el propietario en relación a la posibilidad de que los clientes seleccionen la banda sonora de su velada. «La cuestión es generar complicidad y diversión», sentencia Castro.