Aranda: mitad de bodas religiosas y un 28% menos de natalidad

L.N. / Aranda
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Los colegios de la capital ribereña también notan el descenso, con algunas aulas donde no se llegan a cubrir las plazas

Las bodas por la Iglesia en Aranda de Duero caen a la mitad y la natalidad baja un 28%. - Foto: Jesús J. Matías

Cada vez menos bodas y aún menos por el altar. Así se resume la tendencia que experimenta la nupcialidad en Aranda de Duero a lo largo de la última década. Si 2012 terminó con 128 matrimonios, en 2022 hubo 106, lo que supone un descenso de un 17%. Más acusada es la disminución de los enlaces religiosos, que han caído a la mitad  en la capital ribereña. Según datos aportados por la parroquia de Santa María, en 2012 se celebraron un total de 43 bodas entre la iglesia de Santa María y la ermita de la Virgen de las Viñas, frente a las 19 uniones de 2022. Es decir, un 56% menos. La disminución se acentúa año a año: de las 36 bodas oficiadas por la Iglesia en 2013 se pasó a 26 en 2014; en 2015 subieron a 29; pero tanto en 2016 como en 2017 bajaron a 27; en 2018 se registraron 26; en 2019, 19; en 2020 solamente dos; y en 2021, 15. Para 2023, esta parroquia, que aglutina casi todos los casamientos, tiene previstos 16.  

Algo similar sucede con el número de nacimientos. En este caso, el descenso en la última década ronda el 28%, ya que de los 403 partos que se atendieron en 2011 el Hospital de los Santos Reyes, en Aranda de Duero, se ha pasado a menos de 300 en 2022. Lejos queda el récord alcanzado en 2010, con 493 alumbramientos en el complejo comarcal. La de 2022 fue la cifra más baja de los últimos años. Sólo en 2020 se bajó de 300 partos. Pero incluso en 2021, en plena pandemia, la natalidad repuntó y se contabilizaron 327 nacimientos. 

Este descenso paulatino de la natalidad ya se percibe en los colegios. Fuentes educativas consultadas por este diario constatan que ahora «no hay ningún problema de plazas», mientras que hace 6 u 8 años la mayoría se pasaban en unas 15 solicitudes. «Nacen menos niños y se nota que, en ocasiones, no se llegan a cubrir todas las plazas», aseguran varios profesores, al tiempo que recuerdan que Castilla y León ha bajado las ratios en las aulas. 

Mientras, 2022 terminó con 507 defunciones, frente a las 475 de 2011, lo que supone un 7% más. 

Expertos como Mauro González, dedicado a realizar estudios psicosociales, apunta que «las condiciones sociales han cambiado radicalmente» y valores como el hedonismo, disfrute y la calidad de vida «han arraigado mucho». En este sentido, destaca que el hecho de tener pareja y formar una familia «implica un esfuerzo, hace falta compromiso y una cierta renuncia, algo que choca con lo anterior». 

Asimismo, González subraya que la sociedad actual es «muy matemático-racional» y que todo se mide en dinero. «Muchos se preguntan cuánto cuesta tener un hijo o cuánto una boda. Se ha perdido un poco el impulso vital de 'oye, vamos a vivir'». Pero no sólo eso. También indica que los hijos «son fruto de un largo plazo y hoy todo es inmediato, se piensa en el mañana». Por su parte, la socióloga arandina Ela Gayubo añade factores como el «despegue religioso», que hace que hoy casarte «no sea ninguna prioridad», o la precariedad laboral, que retrasa el proyecto de tener familia.