El Nido coge aire

I.L.H.
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La banda publica el primer single de 'Refugios a cielo abierto', un disco con el que toma impulso y en el que colaboran Orégano, David Ruiz, Ariadna Rubio (TéCanela), Diego Galaz y Jorge Arribas

Suena una zanfona en solitario. Siente este impulso de crecer. El viento ya sabe a libertad, dice la letra en la voz de Nacho Prada. Y antes casi de que resuenen el resto de melodías del primer single del nuevo disco, El Nido inspira profundamente y coge aire para defender con todas sus fuerzas esa vuelta a los orígenes, una música de raíz a ritmo de charro interpretado con legüero (un bombo argentino), vieiras y una sartén con la que quieren reivindicar la tierra, la identidad y herencia sin prescindir por ello de una estética actual, la ambición y el éxito.

«Aire es ese impulso, es atreverse, son las nuevas etapas, el mirar hacia adelante siendo consciente de aquello que sabes que dejas atrás», cuentan Álvaro Herrero y Rodrigo Cachorro, mientras recalcan su decisión de volver a casa después de doce años residiendo en lugares como Salamanca o Barcelona, una etapa que les hizo crecer mientras comprendían lo que era el desarraigo. Aire para ser valientes, aire fundamental. Aire y que crezcan alas; aire y a volar, dice el estribillo recordando que el vuelo se puede emprender desde cualquier sitio, siempre que lo que se respira tenga sentido.

«Nuestro primer disco, Huella y camino, hablaba de ese deseo de volver. Y aquí, en Refugios a cielo abierto, hemos plasmado la vuelta, lo que pasa mientras realizas el cambio, las cosas que tienes que soltar, las despedidas... No deja de ser una situación vital que hemos vivido», subrayan ya desde casa.

De izquierda a derecha, Álvaro (violín y flauta), Eneko (batería y percusión), Nacho (mandolina y bouzouki) y Rodrigo (guitarra). De izquierda a derecha, Álvaro (violín y flauta), Eneko (batería y percusión), Nacho (mandolina y bouzouki) y Rodrigo (guitarra).

Sin caparazones ni capas artificiales El Nido ha trabajado este disco bajo la producción de Diego Galaz. La participación del violinista ha supuesto contar con un buen número de instrumentos, algo que también buscaban «porque es parte de nuestra esencia». Aire empieza con una zanfona, que suena además en Ronda al canto; está el udu, un cántaro de arcilla; las qraqeb árabes, una especie de castañuela de metal; la flauta kaval... «Es un disco con mucha melodía como parte de lo popular y, además del violín y la mandolina como ejes, cada instrumento nos permite llevar el sonido hacia una zona de Iberia. Es lo importante de nuestro folclore, que está influenciado por muchas culturas». 

El disco cuenta además con varias colaboraciones: la del propio Galaz; Jorge Arribas que participa en Seguiremos cantando, un tema homenaje a los abuelos y en el que interviene el grupo Orégano; David Ruiz, de La M.O.D.A., que canta en Ícaros, y Ariadna Rubio, del dúo TéCanela, que pone «su voz desgarradora» al duelo transformador del que habla Suéltame.

Ayer se publicó Aire, en unas semanas Ícaros y Suéltame y el resto se escuchará por primera vez el 26 de noviembre, cuando actúen como teloneros de La M.O.D.A., en el WiZink Center de Madrid. Aunque el concierto oficial para presentar el disco será en diciembre en Burgos, una ciudad que admiran pese a echar en falta lugares de música: «Queremos ser Capital de la Cultura en 2031 y sin embargo están cerrando los bares que hacen conciertos. O se cancelan festivales de música tradicional. En Burgos tenemos mil catedrales, pero hay que saber verlas porque contamos con el panorama artístico más bestia de Castilla y León».