Héctor Jiménez

Ni confirmo ni desmiento

Héctor Jiménez


Sin corazón

02/06/2023

Breve recordatorio, por si se perdieron lo publicado por este periódico: El HUBU ya no implanta válvulas aórticas por un problema administrativo. Esta técnica poco invasiva que los cardiólogos de Burgos saben y pueden implantar, pues aquí hay medios para ello, se dejó de llevar a cabo entre finales de abril y primeros de mayo por razones que no han sido bien explicadas por el Sacyl, pero que no son ni estrictamente médicas ni económicas. Y la consecuencia es que hay que derivar a… Valladolid. Ajá.

Es el típico enigma que nadie entiende. Que solo se interpreta desde la mala gestión, las decisiones tomadas en los despachos en lugar de en los quirófanos, la burocracia o simplemente desde la dejadez.
Resulta que para llevar a cabo estas operaciones, aunque realmente no interviene en ellas (entonces para qué, dirán ustedes y digo yo también), tenía que desplazarse hasta Burgos un cirujano cardiaco, especialidad de la que el HUBU ha carecido siempre. Viajaba desde Pucela, pero hace unas cuantas semanas dejó de hacerlo.

A la espera de que algún día se explique con claridad el problema y su solución, que igual llega esta misma tarde o se demora durante meses, las consecuencias las soportan decenas de personas que, junto a sus familias, se ven obligadas a desplazarse 120 kilómetros cuando tenían la posibilidad de ser tratados en su hospital de referencia. La incertidumbre de dónde alojarse fuera de casa durante los días del ingreso, de cuándo recibirán el alta, de quién se pide el permiso en el trabajo y durante cuánto tiempo, de cómo nos desplazamos, de qué tal está el abuelo, de a ver si puedo ir a verle. Lo sabe cualquiera que haya pasado por una situación similar. Y si para los habitantes de la capital es incómodo, imaginen lo que supone para quienes residan en Las Merindades.

«No tiene sentido», denunciaba en la mencionada noticia el familiar de un paciente afectado. Yo diría, más bien, que no tienen corazón quienes permiten cosas así, miran para otro lado y se entretienen en peleas políticas (no solo de las que nos llevan a las urnas, sino también las internas) que impiden cuidar lo único verdaderamente importante.

Ese mismo día, en la página anterior, el consejero de Sanidad anunciaba que las empresas contratistas del centro de salud del Silo, ahora sí, van a retomar las obras tras cobrar la deuda. Debería llevar cuatro años abierto.