Roberto Peral

Habas Contadas

Roberto Peral


Domingo de carrera

03/04/2023

Después de años de abatimiento mal disimulado, los aficionados españoles a la Fórmula 1 (y también quienes, sin entender un palote de automovilismo, tomamos partido por nuestros compatriotas en cualquier suerte de lides deportivas) vuelven ahora a enardecerse cada quince días con el ya cuarentón Fernando Alonso, quien, al volante de su Aston Martin, se ha convertido en el sorpresón de la temporada y ya es capaz de tenérselas tiesas con la altiva aristocracia de Ferrari y de Mercedes. Por bien que, según los expertos, los bólidos de Red Bull resulten de momento inalcanzables, es una gloria ver de nuevo al asturiano pegarle una pasadita vertiginosa en plena curva al pérfido Lewis Hamilton y subirse al podio después de cada carrera. 

La irrupción de Aston Martin ha despedazado todas esas quinielas que parecían inamovibles antes de que comenzase el campeonato, y en ese punto puede establecerse un cierto paralelismo entre el equipo que comanda el piloto español y doña Carolina Blasco y su sorpresiva candidatura por Decide Burgos. De golpe y porrazo, la señora Blasco ha convertido poco menos que en papel mojado todas esas encuestas que las empresas dedicadas a sondear la opinión pública realizaron antes de que se anunciase su presencia en la pugna electoral por la alcaldía de la capital burgalesa, como esa de Sigma 2 que auguraba, ignorante del nuevo escenario, un empate técnico entre PP y PSOE y un Ayuntamiento con Cristina Ayala al frente apoyada en los concejales de Vox.

Hasta dónde puede llegar Decide Burgos exhibiendo la hoja de servicios de Carolina Blasco en el municipio, constituye una incógnita para la que, por el momento, parece arriesgado aventurar cualquier predicción. Pero lo cierto es que por la derecha se está adensando el tráfico y se va a circular un poquito más lento, y también que el destino de todos esos votos que presumiblemente se van a escurrir de la agujereada red de Ciudadanos se antoja cada vez menos previsible. Cuando la carrera está a punto de comenzar, resulta que la ciencia demoscópica ha de repetir todo su trabajo. Pueden ir haciendo sus apuestas, y ya saben: si parpadean, se lo pierden.