«Ante una agresión, las patrullas están vendidas»

F.L.D. / Burgos
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Desde Jucil insisten en la reorganización de los cuarteles de Burgos para que cuenten con plantillas de más de 100 efectivos

Desde Jucil insisten en la reorganización de los cuarteles de Burgos para que cuenten con plantillas de más de 100 guardias civiles. - Foto: Patricia

La madrugada del pasado domingo, un hombre de 26 años irrumpió de forma violenta en un cuartel de Chiclana de la Frontera (Cádiz) y golpeó a varios agentes con una defensa extensible de uno de ellos. Fue necesaria la intervención de varios efectivos para reducir y detener al sujeto. Si esto hubiera ocurrido en Burgos, alertan desde la asociación profesional Jucil, el resultado hubiese sido mucho más dramático. Básicamente porque no habría personal suficiente para contrarrestar dicha agresión. 

El portavoz de este colectivo, Agustín Leal, alerta de que la hostilidad de la población se está incrementado en los últimos años. Sobre todo a raíz de la pandemia. «Es algo evidente. Las agresiones y faltas de respeto a la autoridad son constantes y el Gobierno no está haciendo nada para defendernos», protesta. 

Lo ocurrido en el cuartel gaditano, opina Leal, tiene que servir de pista para evitar episodios similares en zonas más despobladas. Y Burgos es el claro ejemplo. «En Chiclana había cuatro patrullas. Eso es impensable en otros territorios de España. Si hubiera ocurrido en Melgar, a lo mejor el agresor se encuentra con un solo agente. Está completamente vendido».

Hay dos cuestiones que solventarían el problema de efectivos en provincias como la burgalesa, con una gran extensión del territorio y unos municipios con pocos vecinos. La primera es la convocatoria de más plazas. Aumentar el catálogo para asegurarse un servicio mínimo. «No puede ser que sigamos con una plantilla sobre el papel de 777 efectivos», subraya.

La segunda propuesta que, en opinión de Jucil y de otras agrupaciones como la AUGC, podría solventar los problemas de cobertura es la reestructuración de cuarteles. Suprimir aquellos que tengan cuatro o cinco agentes y rearmar las cabeceras de comarcas. «De nada te sirve unificar dos o tres para tener diez o quince efectivos. Hay que hacer centros con más de 100, si no, es imposible llegar a todo», comenta Agustín Leal. 

Esta medida ya ha sido descartada tanto por el actual director general de la Guardia Civil, Leonardo Marcos, como por su antecesora, María Gámez, quienes mantienen su apuesta por la distribución actual pese a que muchos efectivos han evidenciado la falta de atractivo. Las asociaciones profesionales insisten en su ineficacia. «Está claro que, a día de hoy, es inviable tener cuarteles pequeños. Tienen que ser grandes, que tengan posibilidad de tener patrullas en la calle las 24 horas del día y que, si hay un aviso, lleguen con rapidez», reitera el portavoz de Jucil.