La ópera se disfraza de circo

I.L.H. / Burgos
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80 personas participan en 'Pagliacci', la historia de unos payasos que representan su propio drama. La JOSBu, solistas profesionales y una coral dan vida a esta obra espectacular en todos los sentidos

Acompaña de pie al director de escena, Javier Sariot (i), y al director musical, Pedro Bartolomé (c), Mikel Arriaga. Abajo, Javier Grande y José Antonio Pereda. / Fotos: patricia - Foto: Patricia

De un cómico se espera que nos haga reír, aunque por dentro su corazón esté ensombrecido. Esa imagen del payaso poniéndose el disfraz, pintándose el rostro de blanco y tratando de transformar su angustia en carcajada se traslada en Pagliacci al mundo de la ópera. La historia que escribió y compuso Leoncavallo -y que anuncia que aunque el drama está representado por actores habla de sentimientos reales- es el que ha elegido la Temporada Lírica de Burgos para representar este domingo en el Teatro Principal. Un circo dentro de otro circo, unos celos que hacen que el payaso pierda su gracia y un caso de violencia de género sustentan la trama en la que participan 80 personas entre coralistas, músicos, solistas, escenógrafos, modistas, maquilladoras, técnicos...

Tras demostrar con Dido y Eneas que desde aquí se pueden llevar a cabo producciones operísticas de alta calidad, el director Pedro Bartolomé ha elegido Pagliacci, de poco más de una hora de duración, para mantener el nivel. «Estamos escogiendo óperas que sean de formato pequeño para poder afrontarlas», afirma, sin olvidar por supuesto el aspecto musical. «Es una de las óperas referentes, además de ser de mis preferidas porque lo tiene todo. Es maravillosa por la orquestación, las melodías, la música, el argumento, las tramas...», apunta el director de orquesta.

Junto a él repiten el director de escena, Javier Sariot, y el director técnico, José Antonio Pereda, mientras que el teatro dentro del teatro cambia la orquesta barroca del anterior montaje por la JOSBu, a los coralistas y a las voces principales.

Javier Grande, director del Coro Interludio, se ha puesto al frente de una coral de veinte voces que en muchos casos se estrenan en este tipo de montajes. «Es un proyecto bastante ambicioso y da un poco de vértigo afrontar la partitura de una ópera si no lo has hecho antes», reconoce. «La estructura de la ópera no es homofónica, que es lo que estamos acostumbrados a cantar las corales, donde sigues un ritmo con un director delante. Aquí se van dibujando voces y las referencias son complicadas para una persona que no está acostumbrada. Además las tesituras son muy extremas y las mujeres han de llegar a notas agudísimas. Eso sin contar el trabajo de escena, interpretando un papel mientras cantas. Por otro lado, está la satisfacción de ver que lo puedes hacer, el reto es absolutamente motivador y todos estamos disfrutando».

En el caso de la música, hablamos de la Joven Orquesta Sinfónica de Burgos, integrada como dice su nombre por el talento de menos edad. «El reto es importante porque no es lo mismo interpretar una sinfonía desde la partitura a estar una hora sin parar, acomodándote al conjunto de la producción», apunta Bartolomé, mientras Javier Sariot recuerda que la ópera pertenece al verismo por lo que la música se asemeja a la exclamación, el llanto o lo que se interpreta, lo que añade dificultad. «Los 7 minutos que dura el prólogo tienen una densidad increíble», señala.

Sariot, por otro lado, se ha encargado de la escenografía. Junto a Pereda, Mikel Arriaga y miembros de la Escuela de Arte le han dado una estética tan espectacular como la propia obra: «Lo ambientamos a principios del siglo XX a las afueras de una ciudad. Asistimos a un drama y esa opresión se representa con muros grandes y un aspecto industrial y decadente». Con elementos de seis metros de altura, buscan «sorprender al público no solo en lo musical». «No queremos que sea de segunda o tercera -continúa-, sino una ópera de primera».

Con subtítulos, solistas que trabajan en el Teatro Real y ABAO Bilbao y la colaboración 'circense' de Kike Sebastián, Pagliacci asciende otro escalón en las producciones operísticas. Lo de dejar al público con la boca abierta será este domingo, en el Teatro Principal (19:30 horas).