La fatalidad, el destino, cómo quieran llamarlo, les tenía reservado un encuentro en el que nada podía salir bien. Los hechos ocurrieron el pasado martes, sobre las 20,40 horas, y los dos protagonistas de este suceso habían bebido más de la cuenta. De manera que ni el usuario del patinete ni el conductor del coche que acabaron implicados en un accidente se hallaban en perfectas condiciones para evitar un choque cantado, por el estado en que ambos iban.

El siniestro tuvo lugar en la confluencia de la calle Padre Aramburu con la avenida del Cid, el día de San Valentín. Enamorados o no, el caso es que cada uno por su cuenta decidió que era un buen día para tomarse unas copas de más. El problema no fue ese, sino que decidieran coger su patinete y su coche para circular por la ciudad. Un poco después de las 20,30 horas el conductor del turismo enfiló la calle Padre Aramburu y detuvo su marcha al percatarse de la presencia de un peatón en el paso de cebra situado justo antes de avenida del Cid (...).

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