La campaña de rebajas de verano llegaba en teoría a su fin el 31 de agosto, aunque algunos comerciantes han optado por extenderla un poco más en el tiempo, conviviendo ya con los nuevos artículos de otoño-invierno, debido a que no han podido dar salida a todo el género que acumulaban. Las entidades representativas del sector realizan un balance pesimista de la temporada de descuentos, que se acrecienta en el caso de la patronal (FEC) al situar la caída de las ventas en hasta un 20% respecto a la de hace un año, en línea con un primer balance efectuado a finales de julio que «no se ha recuperado».
«No han tenido nada que ver con las de 2022», subraya Meritxel Mérida, portavoz del textil y del calzado de la Federación de Empresarios de Comercio, quien atribuye esta evolución negativa a la «incertidumbre» política y económica. Al respecto, recuerda que «siempre que ha habido elecciones el consumo se ha parado», si bien en esta ocasión señala que dicho frenazo «se está alargando en el tiempo» junto al crecimiento de la inflación.
Toda esta situación a la que hace referencia Mérida se ha traducido en que los comercios acumulan demasiado género en su interior, lo que repercute directamente en sus previsiones de aprovisionamiento de cara a la temporada primavera-verano de 2024. «Existe mucho miedo y esto hace que sean muy prudentes porque hay que tener en cuenta que compramos con un año de antelación», precisa, añadiendo que ese exceso de estocaje ha provocado que se prolonguen las rebajas con descuentos muy agresivos para al menos «no perder dinero y limpiar los almacenes».
Olas de calor. De «floja» califica la campaña de descuentos la asociación de comerciantes Centro Burgos, que pone el foco, además de en la subida generalizada de los precios, en las sucesivas olas de calor del pasado agosto. La gerente de la entidad, Belén Marticorena, apunta a un aspecto positivo a la hora de «poder salvar» las rebajas y ese no es otro que las compras de los turistas que han recalado en la capital. «Ha sido importante porque se llegó con mucho género que no se vendió en temporada y eso es algo preocupante», sostiene, no sin poner el énfasis en que los periodos actuales nada tienen que ver con lo que ocurría antes de la liberalización de fechas en 2013.
«Antes concentraban una demanda específica de los clientes que esperaban hasta ese momento para adquirir el artículo deseado, mientras que desde hace años vivimos en un paraíso de descuentos y promociones continuos», subraya Marticorena, reivindicando en este punto la vuelta a la situación anterior. A esta misma circunstancia se refiere el gerente de la asociación de empresarios de Gamonal Zona G, Borja García, quien apunta a que los propios comerciantes «ya no ponen muchas expectativas» en las campañas de ofertas, sobre todo en la de verano. Respecto a esta última, asegura que «no se muestran contentos» y coincide en esa cautela en el aprovisionamiento y en la incertidumbre de «saber el volumen de género a adquirir» para no acumular stock en las tiendas.