Esther Alonso

Ser o Tener

Esther Alonso


Conquistas

30/11/2022

Mañana empieza el mes más introspectivo del año: frío diciembre que nos empuja hacia casa para hacer balance de los últimos once meses. Llegar al final del marcador, para poder ponerlo de nuevo a cero el 1 de enero. En estos días me gusta releer la historia de Villa Navidad, el primer asentamiento español en el Nuevo Mundo, fuerte que Colón construyó en suelo americano con los restos de la Santa María, encallada el 24 de diciembre de 1492 frente a la isla a la que se había bautizado como La Española.

El desastre del naufragio de la más grande de las tres carabelas se convirtió en una oportunidad, permitiendo a los marineros contar con el material suficiente para levantar una fortaleza en la costa noroccidental del actual Haití y, a Colón, regresar de nuevo a España con importantes noticias sobre su primer viaje, para retornar meses después con el aval que los Reyes Católicos le dieron precisamente en Burgos: 17 embarcaciones y 1.500 hombres.

Pero diciembre me gusta, además, porque es el mes en el que España acordó poner de nuevo su contador a cero gracias a su Constitución. También una suerte de fortaleza construida con los restos del naufragio más terrible que hasta ahora ha vivido el país: la memoria de los 600.000 muertos de una guerra fratricida y la libertad usurpada durante 40 años de una dictadura caníbal. De tal forma que la reconciliación alcanzada en 1978 fue una conquista para los españoles tan trascendente para la Edad Contemporánea como para finiquitar la Edad Media lo fue la llevada a cabo por Colón en 1492.

El aval que el 87,78% de los votantes españoles dieron en referéndum al proyecto constitucional fue lo suficientemente contundente como para que España pudiera reconstruirse con los restos del régimen anterior y llegar hasta el momento actual convencida de que, con sus muchísimas imperfecciones, sus resucitados negacionistas y sus eternos disidentes, el texto aprobado fue la mejor herramienta con la que encontrar su lugar en el Primer Mundo.

Recordar, solamente, que, cuando en noviembre de 1493 Colón regresó al asentamiento de Navidad, descubrió, con horror, que, a consecuencia de las disputas miserables de los hombres que allí había dejado, de la fortaleza construida un año antes, apenas nada quedaba.