Los últimos meses han resultado cruciales para que la empresa alicantina Segersad Peninsular cambie su idea de proyecto en Briviesca y descarte poner en funcionamiento la residencia Reyna Amalia para apostar por construir un nuevo edificio en el entorno de la ciudad. El incremento de los precios de la energía repercutió en que la reapertura de las antiguas instalaciones se alargara más de lo planeado. Ahora, con la situación económica más estable, pero sin alcanzar ciertos acuerdos con el propietario del inmueble, la compañía se decanta por una inversión mayor y levantar un centro.
Los trabajos de mejora que comenzaron en las instalaciones antes del pasado verano se demoraron más de la cuenta y calcularon que la residencia no funcionaría hasta mediados de julio. Por aquel entonces, Jesús Serna, gerente de la empresa, se encontraba localizando y seleccionando personal y ya conocía incluso el nombre de la directora, que empezó a trabajar en la organización del funcionamiento. Sin embargo, un giro inesperado frenó el desarrollo del proyecto, que finalmente ha tomado otra dirección.
Consciente de que el municipio requiere de un servicio de asistencia y cuidado para los más mayores porque solo cuenta con el centro La Milagrosa «hemos estudiado el territorio y barajado varias localizaciones para ubicar la residencia Santa Casilda, pero todavía es pronto para adelantar más información porque todavía no hay nada decidido», comenta Serna. Por contra, tanto el número de usuarios que aceptarán como los puestos de trabajo que se crearán en función de la ocupación no es un misterio. El espacio tendrá cabida para 60 ancianos y en torno a 30 profesionales del sector sociosanitario, como auxiliares de enfermería, enfermeros y fisioterapeutas, se encargarán de que estos reciban «los mejores cuidados».
La inversión que supondrá el nuevo plan se incrementará «bastante» respecto a la que la empresa pretendía destinar para acondicionar Reyna Amalia, aunque ello no impide que el desarrollo avance con firmeza. Si bien, «no cabe duda que la puesta en funcionamiento tendrá que esperar y creemos que antes de dos años no nos será posible», expone el gerente. Las instalaciones del centro que pretenden abrir «no tendrán nada que ver con el de la otra residencia y la nuestra cumplirá con la normativa actual y estará totalmente adaptada», añade.
Ello implica que contará con espacios más amplios y diáfanos, salas multiusos en las que los usuarios recibirán asistencia y con un porcentaje «muy elevado» de dormitorios individuales, a diferencia de Reyna Amalia, que ofrecía en su mayoría «habitaciones compartidas». Una vez que elijan la zona y pidan los permisos correspondientes comenzarán las obras de edificación, que Serna confía que arranquen lo «antes posible». A pesar de que la empresa proceda de Alicante ya tiene presencia en Castilla y León, concretamente en dos centros ubicados en Palencia, y sigue los pasos para que en 2025 funcione el tercero en Briviesca.