Trescientos ochenta partidos dan para que muchos jugadores muestres sus virtudes una y otra vez. Cuesta condensar a los mejores en un once ideal, con todas las ataduras que ello supone (posición, rol, futbolistas por línea...), pero en la recién finalizada Liga los puestos están bien definidos en todas las demarcaciones salvo en el centro del campo, donde más mediocentros han opositado a aparecer en el equipo ideal.

La decisión más fácil es la de darle la titularidad a Marc André ter Stegen en la portería. El alemán ha recuperado el brillo que otrora pareció perder. Esa parada suya que salvaba puntos ha aparecido una y otra vez esta temporada, tantas que le han valido para romper varias marcas bajo los palos.

Pero, además de sus actuaciones, sobrias como indica su nacionalidad, el meta germano ha estado resguardado con una línea defensiva de garantías. El culé Ronald Araújo ha experimentado un curso en el que ha continuado creciendo, elevando un techo que en su constante progresión es difícil de imaginar. Además, le ha salido un compañero de garantías a su lado. Cuando parecía que Jules Koundé sería un fijo en el eje, Andreas Christensen ha emergido como el fichaje más rentable del Barça en el pasado verano.

En la izquierda está Alejandro Balde, el mejor ya sea como 'falso extremo' en el 4-3-3 asimétrico de Xavi Hernández o como lateral que ocupa toda la banda.

El monopolio culé atrás se acaba en el costado derecho. La magistral campaña del Girona debía tener un representante en este once, y ese debía ser sin duda Arnau Martínez, uno de los futbolistas revelación de la 22/23 que incluso llegó a sonar con ir convocado con España.

Avanzando una línea, en el centro del campo, destaca como pivote un jugador que se ha convertido en una especie de 'comodín' para Carlo Ancelotti en el Real Madrid. Eduardo Camavinga se ha destapado en el curso que ya queda atrás. Ya sea como lateral izquierdo o como 'ancla' en la medular, el francés desplazó a la suplencia a Aurelien Tchouaméni y, sea donde sea, se transformó en un fijo para el entrenador italiano.

Flanqueándole, como interior derecho, aparece Mikel Merino, ese jugador que ha dotado de equilibrio a una Real Sociedad que regresó a la Liga de Campeones 11 años después. 

Aportando creatividad, ilusión y sonrisas en las gradas, Antoine Griezmann. En la mediapunta, enlazando con los delanteros y con plena libertad, el atacante era la nota de belleza de una selección francesa tosca, pero Simeone ha sabido trasladar ese rol al Atlético para convertir a su 'apadrinado' en un claro candidato al 'MVP'.

Arriba aparecen tres futbolistas con dos roles muy diferenciados: Robert Lewandowski, máximo goleador de Primera División, como delantero centro, y Vinícius y Abde en los costados como futbolistas que aportan desequilibrio. El año de los tres, aunque por tramos, ha sido de sobresaliente, sobre todo el del polaco, otorgando en la primera vuelta puntos clave con sus goles. El marroquí, por su parte, ayudó a Osasuna a estar ubicado en posiciones nobles todo el año, mientras que el brasileño se ha convertido en el resorte de un Real Madrid falto de mordiente.

Liderando y dirigiendo a este equipo de 'estrellas', Imanol Alguacil, ese entrenador que después de técnico es el aficionado 'txuri-urdin' más apasionado que ha llevado a la Real Sociedad a ser el mejor de los conjuntos terrenales de la máxima categoría del fútbol nacional.