Mayoría femenina

MÓNICA PURAS (SPC)
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Cada vez son más mujeres las que se insertan en el rol de entrenadoras, como en el caso del Burgos CF B, donde Naiara Elena y Loreto Pascual acompañan en el banquillo a Tania Güemes

Loreto Pascual (i) y Naiara Elena, con dilatada experiencia como jugadoras y técnicas, ayudan en la dirección del Burgos CF B a Tania Güemes. - Foto: Luis López Araico

Las futbolistas ganan espacio año tras año, aunque los datos revelan aún que hay muchas dificultades aún en los puestos de mando. La realidad también está cambiando en la dirección de los banquillos y tiende a intensificarse. Las entrenadoras se abren hueco y se han convertido en sinónimo de éxito.  

Nunca suelen ser mayoría, pero en el Burgos CF B, que milita en la Primera Regional Gonalpi, sí. La dirección técnica recae sobre tres mujeres. Tania Güemes, como voz y en primera línea, y en la segunda, porque así lo quieren y les conviene, aunque no menos importante, Naiara Elena y Loreto Pascual, con una amplia formación y experiencia como jugadoras en el Nuestra Señora de Belén (actual Burgos CF), entrenadoras (11 años en el caso de Naiara y siete en el de Loreto), capitanas e incluso seleccionadoras provinciales y hasta árbitras.

Comparten pasión por el fútbol desde bien pequeñas y fueron sus progenitores quienes les iniciaron en el mundillo, primero en el colegio y luego en los equipos íntegramente femeninos como alevines. «Yo comencé en el Loyola, el club de Jesuitas. Allí estuve dos años como benjamín y luego Rubén y Rodrigo enseguida me dijeron que me apuntara en el Nuestra Señora de Belén», advierte Loreto, mientras que Naiara empezó a jugar porque «mi padre estaba en la Peña Antonio José siempre iba a verle y a través de un cartel me apunté al equipo de categoría alevín. Ese año no había infantiles y  los padres lucharon para que hubiera y, al final, lo consiquieron», advierte. 

No obstante, Naiara matiza que con 13 años «subí al Regional, donde había jugadoras con 20 años más que yo jugando. Recuerdo a Sonia Vesga que me corregía mucho dentro del campo, pero luego nos llevábamos genial», asegura, mientras que Loreto, codea a su compañera y reconoce «que lo que pasa en el campo ahí se queda. Yo contigo también he tenido muchas broncas, pero mira, aquí estamos juntas», bromea. 

Naiara y Loreto recuerdan sus gratos momentos cuando eran convocadas por las selecciones regionales, dos de las habituales, pese a tener una diferencia de seis años entre ellas. «Conoces nuevos lugares, gente de otros sitios... Aunque existen enormes diferencias con otras regiones. Siempre nos tocaban País Vasco, Cataluña o Madrid y nos pegaban un baño», señalan.

Naiara tuvo la suerte de militar en la División de Honor, aunque «no teníamos los recursos para ello», mientras que Loreto lo hizo en una categoría inferior (Segunda División), «solo que veas que partíamos de la base de que pagábamos una cuota, ya dice mucho», confiesan ambas, a la vez que creen y alaban que la fusión con el Burgos CF sea un hecho. «Era necesaria. El cambio es abismal, aunque hay que estructurarlo con cabeza y no ir a lo loco. Va a mejor, pero queda mucho por hacer», coinciden. 

El nombre de Burgos CF «tira mucho» y únicamente quieren que sus jugadoras «disfruten y aprovechen todo lo que tienen. Que vivan el día a día porque nunca se sabe dónde puede estar el final», afirman estas entrenadoras que tienen en el ascenso a Primera Regional femenina de 2021-2022 como su mejor momento como entrenadoras. «Como jugadora fue un sueño el partido contra el Athletic de Bilbao en el que se llenó la Tribuna de El Plantío», apunta Naiara, mientras Loreto señala el ascenso a Nacional. 

Creen en la igualdad en todos los ámbitos ya que se comparten valores como el esfuerzo, la superación, la profesionalidad y el trabajo en equipo. Ven en el fútbol una ventana de oportunidades de cambio social, pero aún hay mucho vacío por llenar.