Dice Alberto Bañuelos (Burgos, 1949) que nunca está más activo que cuando no hace nada. Y así es porque ese tiempo que dedica a la vida contemplativa es el que le permite imaginarse cabezas y rostros en las piedras antes de esculpirlas y el que le otorga el don de no tener prisa en acabarlas: disfruta tanto mientras boceta en su mente las formas de la roca y los cantos rodados que cuando trabaja en el proceso creativo.
Imaginándose la vida de las piedras, el escultor burgalés ha conseguido que ese material rudo y frío sea, una vez que ha pasado por sus manos, una obra que conecta con lo mejor del simbolismo. Y que el regreso a la pintura con la que se inició como artista aporte a los cuadros un volumen y una carga artística a través de la pulpa de algodón que él mismo fabrica.
El resultado de ese diálogo entre pasado y futuro, entre lo ancestral y lo moderno, es lo que entre otras cosas le ha interesado a la sala Parés de Barcelona, quizá porque el espacio expositivo sabe mucho del papel que juega el tiempo al tratarse de la sala más antigua de España, presente en el panorama cultural desde 1877.
A la Ciudad Condal Bañuelos ha llevado cuarenta esculturas de distintos tamaños, con más de la mitad de las que pesan varias toneladas. Está representada el peso de la obra artesana, la contundencia de la materia prima y los significados que las piedras han tenido y tienen desde que trabajaran con ellas las civilizaciones antiguas.
Junto a esta obra pétrea deconstruida ha colgado media docena de cuadros realizados en algodón, obras con las que moldea el dibujo hasta considerarlas 'picto-esculturas' por el volumen que adquieren.
Sus cuadros están hechos de papel, un material que contrasta con la fuerza de la caliza, pero al que, como en el juego infantil, según y como puede ser más poderoso que la piedra. Ahí está de nuevo el simbolismo y también el juego entre lo terrenal y lo místico, lo tangible y lo trascendente, la obra y los lugares donde nos lleva.
La luz de las piedras, nombre de la exposición, estará abierta hasta el 21 de octubre, de martes a sábados, en la sala ubicada en la calle Petritxol, 5.