La sardina y El Sevilla explotan

I.L.H.
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Durante el entierro, el cantante de los Mojinos Escozíos se encaró con un espectador que se metió con él. Al pescado tampoco le sentó bien la tormenta y estalló en lugar de arder

Sin letanías ni padre Capillas. El entierro de la sardina estrenaba nuevo formato con El Sevilla al micrófono y en manga corta, animando a un nutrido velatorio que cambió las antorchas por los paraguas. La Asociación Burgos Centro y Cía quiso darle un nuevo aire a la comitiva de plañideras, viudos y obispos con monólogos universales en lugar de rezos con nombres propios.Miguel Ángel Rodríguez le puso entusiasmo, retando a la intensa lluvia y al frío con una copita de vino. Hasta que explotó. Un espectador le increpó con un insulto y el artista arremetió haciendo un monólogo improvisado sobre el significado etimológico del apelativo recibido. Pero la sangre no llegó al río. El entierro siguió entre aplausos hasta el susto final, cuando la sardina explotó, reduciéndose a cenizas en segundos