Las quejas se suceden. "Están los jardines que dan pena por la cantidad de excrementos de perros que se quedan sin recoger. Es exagerado", critica Azucena, vecina del Polígono Residencial. Una estampa que se repite por multitud de aceras de los todos los barrios de Aranda de Duero. "Es una vergüenza", añade, al tiempo que pide más campañas para concienciar a quienes tienen animales de que deben recoger sus deposiciones en aras de una mejor convivencia.

El malestar, a juzgar por lo expresado por multitud de ciudadanos, es general. En Santa Catalina, el presidente de la asociación de vecinos, Antonio Adeliño, reclama "más civismo" y avanza que tienen pensado colocar carteles y repartir panfletos recordando la obligación de recoger las heces así como echar agua con el fin de limpiar los orines de la mascota, dilapidar los malos olores y evitar el deterioro de mobiliario urbano. No obstante, admite que este tipo de acciones, lamentablemente, "dan poco resultado. Creo que lo más efectivo son las denuncias".

Adeliño no esconde que la situación de los jardines "es preocupante" porque "se acumulan los excrementos" y son zonas que frecuentan los niños. En Santa Catalina, por ejemplo, no tienen ningún pipican a pesar de que solicitaron al menos dos hace ya varios años. Más allá de los parques, el presidente del colectivo vecinal subraya que en algunas calles la situación no es mucho mejor. Pone como ejemplo Antonio Machado. Recientemente la visitaron porque es una de las vías que se ha incluido en la campaña asfáltica y denuncia que tuvieron que "esquivar" los excrementos caninos. Por si fuera poco, en la confluencia de las calles Pizarro y Pedrote se suman las meadas de "algunos incívicos". Así que, según dice, "todas las esquinas están hechas un asco".

Por su parte, la presidenta de la asociación de vecinos de la zona centro, Lali Saugar, también reclama "un poco más de civismo" porque "no podemos tener un barrendero detrás de cada uno" y se ven comportamientos "descarados".