Ha pasado poco más de un mes desde que el equipo directivo del colegio público Francisco de Vitoria denunciara públicamente las constantes pintadas que realizan los vándalos en las fachadas del edificio. Sus quejas y malestar van en aumento tras el último episodio que se ha vivido en el centro con el robo de una compostera, no por el daño económico que ha producido, sino por la «inseguridad» que crea en la comunidad educativa el hecho de que cada dos por tres accedan al mismo personas ajenas saltándose el vallado del edificio.

La directora, Azucena Virto, se muestra indignada por este último episodio, que ha denunciado ante la Comisaría de Policía, al igual que  los anteriores relacionados con la entrada a las instalaciones para hacer pintadas en las fachadas. Lamenta que la sustracción del recipiente donde se realiza el proceso de compostaje de materia orgánica frene el proyecto educativo que se estaba iniciando relacionado con la creación de un huerto escolar. «Sabían perfectamente dónde estaba porque la máquina no es visible desde la calle», precisa.

Virto asegura que ha puesto la situación en conocimiento tanto de la Dirección Provincial de Educación como de la Universidad de Burgos para que adopten medidas de seguridad con el fin de evitar el acceso a las instalaciones, repartidas entre la avenida de la Paz y la calle Francisco de Vitoria. En este punto, exige un servicio de vigilancia o la colocación de cámaras en el exterior, que, según valora, corresponde asumir a la institución académica local por cuanto se trata de un inmueble de su propiedad el que se está viendo afectado por estos actos. «Si fuera en la vía pública actuaría la Policía», sostiene.

La fachada del centro que da a esta última calle del polígono docente del Vena es objeto continuo de pintadas que «deterioran» la imagen del centro. No han sido pocas las ocasiones en las que el equipo directivo ha traslado la necesidad de limpieza de las mismas a las distintas administraciones, sin que por el momento haya obtenido respuesta en ningún sentido.

Solamente ha sido el Ayuntamiento, según Virto, el que se ha preocupado por esta situación. El concejal de Medio Ambiente, Josué Temiño, reconoce estar informado de lo que ocurre y ha solicitado al área de Juventud que intente solucionarlo a través de uno de los talleres de empleo que se están desarrollando en este momento para aprender a pintar y con posterioridad a realizar murales. En un principio, la intención municipal pasa por la limpieza de las fachadas para mejorar la estética del colegio, si bien distintas fuentes confirman que se tratará de ir más allá para conseguir plasmar algún tipo de creación artística para intentar erradicar el problema.