Un Burgos CF opuesto al de otras temporadas

ÁLVAR ORTEGA / Burgos
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La apuesta de Jon Pérez Bolo por Niño y Espiau como titulares en las dos primeras jornadas dibuja un equipo construido desde arriba hacia abajo, que arriesga mucho más

Fer Niño (izquierda) ha sido uno de los más acertados en las dos primeras jornadas. - Foto: Agencia Lof

La situación clasificatoria del Burgos CF en la jornada 42 será la que otorgue o niegue la razón a Jon Pérez Bolo, pero lo que está claro después de las dos primeras disputas ligueras es que este equipo nada tiene que ver con el de la dos temporadas previas en la Segunda División, con Julián Calero en el banquillo. El habitual dibujo de cinco defensas y ningún delantero puro tan habitual el curso pasado nada se parece al esquema de cuatro defensas y dos 'nueves', como son Edu Espiau y Fer Niño, por el que ha optado Bolo en este inicio de curso. Defensa frente a ataque. El cambio es evidente. Se ha pasado de optar por la contención a apostar por más riesgo en busca de goles.

Así lo demostró el técnico bilbaíno el pasado sábado, cuando prácticamente repitió el once con el que se había estrenado en el banquillo blanquinegro frente al Huesca (1-1). Tan solo introdujo la novedad obligada de Grego Sierra por David Goldar en el centro de la defensa. Una sustitución que no provocó más cambios ya que los laterales, Navarro y Matos, no variaron y en el centro del campo Elgezabal volvió a formar pareja con Mumo. En ataque, Edu Espiau y Fer Niño fueron titulares de nuevo. Igual que Dani Ojeda y Curro Sánchez, las otras bazas ofensivas.

De hecho, con el caso de este último se demuestra el radical cambio de filosofía de la pasada etapa a la actual. Sobre todo en partidos lejos de El Plantío, Curro a veces era la única referencia ofensiva mientras que tanto en la primera jornada como en el Ciutat de Valencia tuvo por delante a una doble punta con la que demostró entenderse muy bien. Él actuando como asistente en lugar de ser el ejecutor, aunque ya acumule dos goles.

Y es que en Valencia el Burgos volvió a disponer de muchas ocasiones de gol. No tantas como en la jornada inaugural, en la que tan solo acertaron una de las 19 creadas, pero sí bastantes. Fueron 16, la mayoría de ellas a través de centros laterales o de jugadas a balón parado como faltas cercanas al área rival o córners. Ahí Espiau y Fer Niño cobraron una importancia especial, ya que juntos suman centímetros (184 y 191 respectivamente) con los que poder superar a la defensa rival en cada disputa aérea. Sin embargo, ninguno de los tantos en Valencia llegó por esa vía.

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