Más restricciones tras otros dos casos de fiebre hemorrágica

P. Velasco
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El Ministerio ha confirmado focos en explotaciones ganaderas de Barco de Ávila y Sayago en Zamora, por lo que ya son seis las provincias que se ven afectadas en la Comunidad

Varios animales se dirigen a las instalaciones de una explotación ganadera. - Foto: Óscar Navarro

Las altas temperaturas están propiciando que el mosquito del género culicoides, el que transmite la enfermedad hemorrágica epizoótica en el ganado, contagie más explotaciones y se extienda por una buena parte de España. Castilla y León no se ha librado de los contagios de esta enfermedad, que no afecta al ser humano, y al foco reconocido el pasado 7 de agosto por el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, se suman desde el martes nuevos casos en granjas ubicadas en la localidad abulense de Hoyos del Espino y Zamora.

Hay que recordar que la enfermedad no afecta a los humanos ni provoca un elevado número de bajas en las explotaciones, aunque sí implica una restricción del movimiento directo para vida del ganado hacia otros estados miembros de animales bovinos, ovinos y caprinos, lo que causa un gran perjuicio económico para los ganaderos. Tras confirmarse los nuevos focos en Castilla y León, el Ministerio ha ampliado la zona afectada por las restricciones que pasan de tres a seis provincias: Ávila, Salamanca, Segovia, Soria, Valladolid y Zamora.

El Ministerio insiste en que no se establece ningún tipo de restricción con relación al movimiento o consumo de productos de estos animales (carne, leche, piel, etc.) ya que la EHE no es una enfermedad que afecte al ser humano. Respecto a los movimientos nacionales, los animales y vehículos deben estar desinfectados para movimientos desde la zona afectada hacia zona libre, con ausencia de sintomatología en ganado bovino. Además, las mismas fuentes recuerdan la importación de comunicar de «manera inmediata» a los servicios veterinarios cualquier sospecha en las especies susceptibles, domésticas y silvestres, «para valorar el impacto de la enfermedad y su distribución, recomendando adoptar medidas de desinfectación en animales e instalaciones como sistema de lucha contra el vector, así como el tratamiento sintomático de los animales enfermos tan pronto como aparezcan los síntomas en los mismos».

Demandas.

Los ganaderos de Castilla y León llevan ya varias semanas demandando medidas a la Junta para evitar la propagación de dicha enfermedad, así como ayudas para paliar los sobrecostes que afrontan las explotaciones. Desde la Alianza UPA-Coag, Aurelio González, coordinador de la misma, explicó que se trasladó dicha preocupación durante una reciente reunión con la directora general de Ganadería de la Consejería, en la que advirtieron de la falta de veterinarios, el «caos» de la vacunación de la lengua azul y «en general todo el tema de la sanidad animal».

Desde su punto de vista, hay que arbitrar ayudas para los ganaderos afectados, ya que los cálculos realizados por la organización agraria revelan que en una explotación de 60 vacas se pueden estar gastando unos 2.000 euros en tratamientos y desinfectantes. «No hay un problema para la población, es más el trastorno para los profesionales», incidió González, que también hace referencia a los problemas económicos que van a sufrir algunas explotaciones por las restricciones de movimiento.

También desde el Colegio de Veterinarios de Castilla y León se lanzó un mensaje de tranquilidad insistiendo en que dicha enfermedad no afecta a las personas. «Lo único que se puede hacer es esperar a que bajen las temperaturas y que desaparezca el mosquito que transmite la enfermedad», dijo su presidente, Luciano Díez.