Promueven crear un plan antiincendios en la cuenca del Arlanza

B.A.
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La Cabaña Real de Carreteros impulsa el nacimiento de una plataforma para sentar las bases de una estrategia común de evacuación ante el fuego y una nueva ordenación forestal. La jornada, este sábado, en Quintanar de la Sierra

La extracción de la madera quemada en el incendio de julio se está desarrollando ahora entre Contreras y Silos. - Foto: f2estudio

En el incendio de la comarca del Arlanza del pasado verano ardieron unas 20 toneladas de madera por cada hectárea. Si se hubiera extendido a los montes de los pueblos de la cabecera alta del río la cantidad de madera quemada hubiera sido de 200 toneladas por la misma densidad de terreno. Antonio Martín, presidente de la Cabaña Real de Carreteros, utiliza este dato para hablar de la alta producción de material de estos últimos bosques de pinos. «No cabe un árbol más, están a tope, se han llevado al máximo», enumera este defensor de la cultura serrana, que pone de manifiesto la necesidad de una nueva ordenación forestal, «que rompa esas masas forestales, que las convierta en dehesas donde pueda pastar el ganado, como se hacía 50 años atrás, y que suponga la construcción de cortafuegos», explica en relación a la prevención ante fuegos forestales. 

Todo ello se pondrá sobre la mesa este sábado en el salón municipal de Quintanar de la Sierra, dentro de un foro de debate que supone también el lanzamiento de la plataforma Arlanza Sierra Viva. En él se hablará además de los montes ante el cambio climático, de incendios y despoblación, y están invitados todos los alcaldes de la comarca del valle del Arlanza. Intervendrán expertos en gestión forestal, como Paco Castañares, presidente de la Asociación Extremeña de Empresas Forestales; Marta Corella, alcaldesa de Orea (Guadalajara); Javier Plaza, ingeniero de Montes en Navafría (Segovia); Juan Carlos Chicote, jefe de guardia del Parque de Bomberos de Burgos; y el propio Antonio Martín, de la Cabaña Real de Carreteros, que promueve esta propuesta para «intentar unificar esfuerzos en torno al proyecto de creación de un gran programa contra incendios de toda la cuenca del Arlanza», añade. 

La necesidad de una nueva ordenación de los montes lleva tiempo latente entre este colectivo, pero fue el incendio del Arlanza quien les llevó a tomar las riendas y sugerir este foro de debate, del que también se pretende obtener la redacción de un plan de evacuación del Arlanza, «disponer de un documento que nos marque como actuar en una situación de emergencia así, no tener que improvisar si llega a suceder, saber donde tener que llevar a los vecinos y hacerlo rápido», explica Antonio Martín. 

En este plan de ordenación forestal están implicados diferentes agentes, como son los ayuntamientos, los vecinos o administraciones como la Junta de Castilla y León (competencias de administración de los montes), o el Estado. A través de este foro se pretende que todos ellos participen de forma democrática en el desarrollo de ese plan. «No lo hemos creado solo para hablar, sino para actuar, sentar las bases y que se vaya desarrollando. Para ello todos los que asistan se tienen que sentir escuchados y representados, la clave es que se sientan partícipes», detalla. 

«Toca adelgazar el monte». Antonio Martín mantiene que «los incendios se apagan en invierno» y que para poderlo cumplir hay que llevar a cabo un cambio de rumbo en la forma de hacer selvicultura. «Durante los últimos años se han realizado plantaciones, llevando a los bosques a una producción máxima de madera, y han desaparecido las animales de sus praderas. Ahora toca volver atrás, hacer cortafuegos, intercalar las masas forestales con cultivos y con dehesas para ganado, que son los que mejor regulan y equilibran», explica el presidente de la Cabaña de Carreteros, que añade que incluso hay voces que animan a plantar viñas. 

Antonio Martín Chicote asegura que el hombre gestiona el bosque desde hace 1.000 años y que son los humanos los que le han llevado al estado actual. «Ahora toca adelgazarlo, quitarle biomasa. En toda la cabecera del Arlanza hay más de 10 millones de toneladas y eso es explosivo», explica el hombre, que asegura que este cambio no se hace de la noche a la mañana, pero que es necesario. «Hay que trabajar mucho en ello, pero hay ilusión por trabajar en esa transformación», concluye.