A los vecinos y comerciantes del Casco Histórico Alto no les gusta la decisión del equipo de Gobierno de reurbanizar varias calles de la zona, dado que conllevará la pérdida de alrededor de 70 plazas de aparcamiento en un entorno de casas antiguas que no cuentan con garaje y que además las personas que acuden a trabajar o a hacer gestiones a organismos oficiales usan estas vías para evitar pagar la zona azul o un párking subterráneo. Consideran que antes de tomar una decisión tan «drástica» es necesario ofrecer alternativas que principalmente pasarían por establecer espacios reservados únicamente para los residentes.
Desde la Asociación Casco Histórico Alto recuerdan que otras ciudades llevan tiempo aplicando esta posibilidad para regular el aparcamiento en sus zonas históricas y Burgos podría hacerlo si hay un cambio en la actual normativa reguladora de la zona azul. «Hay que buscar soluciones. El Casco Histórico tiene unas características diferentes a las del resto de zonas de la ciudad. Otros barrios cuentan con aparcamientos pero el Casco Alto no los tiene ni se pueden hacer», señaló Francisco Bárcena.
Cabe recordar que el Ayuntamiento planteó la posibilidad de implantar la ORA y el área de Tráfico hizo un estudio y señaló hasta 22 calles con las que se conseguirían 660 plazas de pago. La propuesta era un punto de partida susceptible de ser modificada y se anunció que solo se implantaría tras una consulta vecinal que resultase favorable. Finalmente, la consulta no se llevó a cabo después de surgir quejas de vecinos a través de la redes sociales. La Asociación Casco Histórico Alto prefirió dejar las cosas como estaban y el proyecto se guardó en un cajón. «Debe resolverse el problema del aparcamiento, que se agravará más con las plazas que van a quitar y que se dé mayor accesibilidad a los vecinos», añadió Bárcena.
Los comerciantes también se muestran contrariados desde que la semana pasada se anunció la intención de actuar en 5 calles (Tahonas, San Miguel, Subida de San Miguel, Consulado y Camino del Gallego. La idea es una plataforma única en la que las aceras estén a la misma altura que la calzada. Se permitirá la circulación de vehículos pero se eliminará el aparcamiento en Tahonas, San Miguel y un tramo de la calle San Francisco (entre San Gil y Trinidad). A ello se suma la supresión de plazas en uno de los lado de la Subida San Miguel. «Deben darnos una alternativa. No se pueden eliminar tantas plazas. La gente está muy preocupada y la que vive de alquiler ya está buscando piso en otro barrio», indicó Ana Epifanio, de Alimentación Anysa.
Los vecinos recuerdan que necesitan el coche para ir a trabajar o subir la comida a sus domicilios. «Necesitamos soluciones, no aceras», señala Amaya Uribarri, residente en la zona alta.