Un viaje de tres décadas por el legado del duque

I.P. / Lerma
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El Centro de Iniciativas Turísticas de Lerma celebra 30 años con 170 socios inscritos. Desde su puesta en marcha, gestiona la Oficina de Turismo que ha impulsado las visitas y dinamizado los principales sectores económicos locales

Roberto Rodríguez guía a los turistas por el pasadizo del Duque. - Foto: Miguel Ángel de la Cruz

Lina Valero sigue al frente del Centro de Iniciativas Turísticas de Lerma. Lleva 30 años al pie de cañón, ya que formó parte de la primera junta directiva en 1993 y cuatro años después cogía la presidencia que ya no ha abandonado. Son tres décadas de una asociación que ha mostrado a cientos de turistas y visitantes la villa ducal, ya que esta entidad es la que crea, gestiona y mantiene la Oficina de Turismo, ubicada en un espacio cedido por el Ayuntamiento en la planta baja de la propia Casa Consistorial.

Quienes visitaron Lerma por primera vez en aquel 1990 descubrirían una localidad de conventos, de iglesias, de calles nobles, todo ello ensalzado por su gran Palacio Ducal, hoy convertido en Parador de Turismo. En este siglo XXI, el recorrido devuelve la mirada a los mismos inmuebles históricos, pero se suman nuevos atractivos propios de la evolución de la villa, de la sociedad y de su economía, que hasta desciende a las entrañas de la localidad. 

Lerma sigue siendo, en todo caso, una villa que conserva el esplendor del siglo XVII pero con los pies bien asentados en el actual. De ello dan buena cuenta los dos profesionales que día a día acompañan en ese recorrido a los turistas, Claudio García y Roberto Rodríguez, una ruta que incluye pasadizos que cuentan historias y hablan de personajes. Ellos conocen mejor que nadie los secretos que esconde la villa, son un libro abierto que, además, se abren al resto de asociaciones, colectivos culturales y organismos públicos para colaborar en la organización de todo tipo de eventos. 

Lina Valero, presidenta del Centro de Iniciativas Turísticas, junto a Roberto y Claudio García, el técnico de Turismo (d.).  Lina Valero, presidenta del Centro de Iniciativas Turísticas, junto a Roberto y Claudio García, el técnico de Turismo (d.). - Foto: Luis

Siempre se ha presumido de esa buena sintonía entre todo el tejido social de Lerma. De hecho, gracias a ello nació el CIT. La idea surgió del propio Ayuntamiento, entonces con Benigno Rodríguez de alcalde, y de uno de sus concejales, Pablo Calvo. Entonces, en Lerma no había ningún espacio físico desde donde promover, divulgar y enseñar su inmenso patrimonio. Así que desde el Consistorio se contactó con la parroquia y con un grupo de vecinos, los más activos entonces en la villa, que se reunían en el teleclub, entidad que estimulaba la vida cultural organizando actividades diversas, cine, conferencias y excursiones. 

La idea fue bien acogida y se organizó un viaje hasta Medina de Pomar para ver cómo funcionaba el CIT de esa localidad, una de las pocas de la provincia, junto a Covarrubias, donde ya funcionaba.

Y así, con ese mismo grupo -Lina Valero era la única mujer-, entre los que también estaba Pedro Fernández y Eduardo Ortega, comenzó la andadura del Centro de Iniciativas Turística de Lerma. Pablo Calvo fue el primer presidente y Diego Peña, más tarde alcalde, empresario hostelero y en la actualidad también concejal, fue el primer guía voluntario, ya que acababa de terminar los estudios de Turismo.

Foto del día de la inauguración de la sede, en el año 1990, en la que aparece un jovencísimo Diego Peña (i.), primer guía voluntario, junto a Clemente Martínez, diputado provincial; Benigno Rodríguez, alcalde de Lerma y otras autoridades. Foto del día de la inauguración de la sede, en el año 1990, en la que aparece un jovencísimo Diego Peña (i.), primer guía voluntario, junto a Clemente Martínez, diputado provincial; Benigno Rodríguez, alcalde de Lerma y otras autoridades. - Foto: Luis

También en verano se reforzaba la oficina con un grupo de jóvenes voluntarias que también eran estudiantes de esa especialidad; a medida que se fue recaudando dinero de las visitas, se hicieron los primeros contratos.

Hasta la creación del CIT, las visitas corrían a cargo de una voluntaria, Dolores Rebé, que tenía la llave de la iglesia y tras enseñar esta daba a los visitantes una vuelta por la villa. El cura de entonces, le había dado unas nociones históricas de la villa y sus monumentos que ella transmitía con cariño y la mejor de sus voluntades.

Una vez instalados en los bajos municipales, se comenzaron a desarrollar actividad, elaborando, además, un primer folleto editado por el Consistorio, que se entregaba gratuitamente. En este sentido, la presidenta explica que el Ayuntamiento se «portó muy bien», y que realmente se implicó al ver la necesidad de promocionar el turismo en la villa por el impacto positivo que tendría en todos los negocios locales. De hecho, a su sombra el sector de la hostelería, el comercio y el turismo rural logró un gran impulso. 

El CIT de Lerma ha ido creciendo a lo largo de estas décadas y actualmente son unos 170 los socios del mismo, vecinos, asociaciones, hosteleros, comerciantes, casas rurales... que aportan su cuota anual con la que se mantiene, así como con el coste de las visitas y el merchandising. Por su parte, el Ayuntamiento le concede una subvención anual. Claudio y Roberto son los dos trabajadores contratados por el CIT; el primero, técnico de Turismo, y el segundo, guía. Cabe destacar también a Gustavo Peña, actualmente está de excedencia.      

Aunque siempre en la planta baja del Ayuntamiento, desde 2007, el CIT se cambió a otra sala a unos metros de la primera, para gestionar también las visitas al pasadizo del Duque, donde se accede desde esta. Así, las visitas turísticas comienzan en el propio claustro del Ayuntamiento, para salir a la Plaza Mayor, volver a la Oficina de Turismo para entrar al pasadizo y después continuar por Santa Clara, el mirador de los Arcos, la Colegiata, escultura de Zorrilla, la Plaza de Santa Clara y finaliza en el CIT. 

Ese recorrido ha sido en esencia siempre el mismo, aunque con el paso de los años se inauguró el Centro de Interpretación, en 1998, y hace 13 años se abrió el pasadizo, incorporando ambos a las visitas. Además, se han creado proyectos nuevos como Lerma bajo tus pies, en el que colaboran bodegas de la DO Arlanza, así como las rutas teatralizadas que se hacen los viernes de agosto a las 11 de la noche.

«Con ello se trata de atraer visitantes ese día para que se queden todo el fin de semana», añaden Claudio y Lina, para dejar claro que ambas actividades son puntuales, y creen que ahí radica su éxito, «si fueran todo el año, la gente lo iría dejando, ya iré más adelante... y al final no vendrían», apostillan.

La 'ayuda' del Parador. Ambos reconocen que la apertura del Parador de Turismo supuso un punto de inflexión para el turismo de Lerma, que tuvo un gran empuje, y ya más recientemente la exposición Las Edades del Hombre en 2019 fue otro resorte. Además, hacen hincapié en que se trata de un turismo de calidad, de congresos y de empresa que no solo se centra en los meses de verano, sino que se extiende a lo largo de todo el año. 

En todo caso, Claudio García también recuerda que al boom de turistas provocado por las Edades le siguió inmediatamente el ostracismo de la pandemia; tanto es así que cundió cierto pánico y se celebraron reuniones con todos los sectores, no solo de Lerma, sino de la comarca, para ver cómo se reflotaba el turismo tras la covid. 

Teniendo en cuenta que fue el último sector en abrirse y con restricciones y que la gente seguía con miedo y reacia a juntarse en interiores, el CIT puso en marcha la ruta que llamó A paso de pollito. Se pintaron estos animalitos por un recorrido de calles y rincones de la villa fuera del circuito turístico principal para que los visitantes lo 'patearan', que tuvo un gran éxito y que a fecha de hoy se mantiene.

El espíritu de colaboración con otras asociaciones se plasma en la organización conjunta de eventos, en la promoción de los mismos y las reservas y venta de entradas en la Oficina de Turismo de aquellos.

El CIT tiene clavada una espinita: levantar una escultura ecuestre del Duque de Lerma que «fuera lo que fuera, la villa vive de su legado, es lo que es gracias a él», puntualiza Lina. Llevan años detrás de ese proyecto, pero tendrá que esperar porque tampoco creen que sea ahora el momento económico oportuno. 

En cuanto al futuro, siempre hay optimismo. Les gustaría ver realizada la ampliación del Centro de Interpretación, y con la parroquia, trabaja actualmente en la ampliación de la iluminación de la Colegiata de San Pedro. Valero recuerda que el CIT colabora con la parroquia a quien entrega un porcentaje de la venta de cada entrada.