Para que no nos llegue por sorpresa, desde el consistorio burgalés ya han dado el grito de: ¡Agua va! No como antaño, cuando se alertaba así a los vecinos para que buscaran un refugio en el que guarecerse del lanzamiento desde las casas de las aguas sucias e inmundicias, sino para que nos mentalicemos de que nos va a tocar pagar más en los próximos recibos del agua y posiblemente de basuras.
Varios ayuntamientos españoles han utilizado la excusa de la falta de lluvias y el estrés hídrico para anunciar importantes subidas de las tarifas del agua, en algunos casos de hasta el 42 por ciento. Aunque los embalses del sistema Arlanza que suministran a la capital están muy por debajo de la media de los últimos 10 años, con cerca de 46 hectómetros cúbicos almacenados sobre los 97 totales, nada tiene que ver con los menos de 6 hectómetros de reservas que hace varias décadas obligaron al Ayuntamiento burgalés a cerrar los grifos durante ocho horas al día.
No parece que la sequía sea el caso de la capital burgalesa, donde las bienvenidas lluvias de estos días han caído acompañadas del anuncio de la sociedad municipal Aguas de Burgos de incrementar el recibo en un 9,5 por ciento a partir de enero lo que, salvo para las familias numerosas, se traducirá para la mayoría de los hogares en poco más de un euro al mes. La medida -un sapo que hay que tragar según el vicealcalde y una aberración para la oposición socialista- se justifica en las inversiones millonarias que a medio plazo tiene que afrontar la empresa municipal (en redes de canalización, depuradora, potabilizadora…) y evitar que después de muchos años entre en pérdidas.
Promesas electorales aparte, de momento esta primera subida se queda en la mitad de lo propuesto inicialmente por los técnicos de la sociedad municipal. Un pequeño jarro de agua fría en nuestros bolsillos que, al margen de que llueva más o menos, nos obligará a no quitarnos el chubasquero durante años porque los reajustes tarifarios no han hecho más que empezar.
Espero que los burgaleses podamos seguir presumiendo de liderar el listado de la OCU sobre las mejores aguas de grifo de España, con Vigo, San Sebastián y Las Palmas en los siguientes puestos. Otra cosa es que podamos seguir ocupando el séptimo puesto entre las ciudades con las tarifas más baratas.