Martín García Barbadillo

Plaza Mayor

Martín García Barbadillo


Silo, Silo, Silo...

31/10/2022

...Más Silo, por favor. Y eso es lo que tuvimos la pasada semana, novedades sobre el ¿futuro? centro de salud del Silo, nuestro tema fetiche. Y las noticias no desmerecen el guión que llevamos arrastrando desde hace años; sí, ese que combina tragicomedia, teatro del absurdo y esperpento.

Resulta que la empresa que (en teoría) está realizando las obras fue absorbida por otra. Esto sucedió en agosto y, desde entonces, el ritmo de los trabajos, que estuvieron parados años hasta la pasada primavera, disminuyó hasta el chiste. Este periódico informaba el jueves de que, al parecer, desde ese mes apenas «se veían en el tajo tres o cuatro trabajadores que recubrían la fachada de ladrillo». Como ya ha reconocido la Junta, este ritmo frenético impedirá concluir los trabajos en el plazo previsto, es decir, en junio de 2023. No pasa nada, no contábamos con ello.

Lo curioso del caso es que la Junta, en apariencia, da por buena la excusa de la fusión para justificar el enésimo retraso, o igual sin más se resigna, como todos. Pero como excusa, la verdad, es peor que la de «profesora, un perro se ha comido mi tarea». Yo, como cualquiera pude seguir sacando dinero del cajero cuando mi banco y otro se juntaron, y continué haciendo llamadas cuando mi compañía fue devorada por su eterno rival. ¿Por qué este caso es distinto? ¿Dónde están los obreros? ¿Han dejado llanas y paletas y están negociando los términos de la fusión que, por cierto, se firma definitivamente esta semana? ¿Andan afinando el precio, considerando si es mejor un pago en acciones, futuros o derivados y por eso no se menea un ladrillo? 

El episodio, uno más en la trayectoria indescriptible de esta obra eterna, da que pensar: no puede ser que pasen tantas cosas en el mismo lugar, es imposible. Tal vez no sea buena idea levantar ahí el centro de salud; quizás se trate de un suelo sagrado, como si fuese un cementerio indio o algo así, y se esté molestando a una divinidad que expresa su descontento poniendo palos en las ruedas de la obra. A estas alturas, no sería ninguna locura contratar a un chamán o un médium para tratar de, precisamente, mediar en el conflicto o realizar el conjuro oportuno. Aunque, claro, habría que redactar el pliego, sacar la plaza a concurso, respetar el plazo de alegaciones, resolver... Vamos, lo de siempre. 

Salud y alegría.