Las dudas engordan el parque de coches sin etiqueta ambiental

G. ARCE
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Los concesionarios tildan de «tiro en el pie» la decisión de la Eurocámara de poner fin a los vehículos de combustión en 2035. Las ventas no despegan

Los grandes fabricantes afrontan cambios clave en sus procesos. - Foto: ICAL

Hoy es 27 de febrero de 2023. Más de 68.000 turismos, 6 de cada 10 matriculados en Burgos, recorren calles y carreteras sin lucir la perceptiva etiqueta ecológica. No pueden, son contaminantes y extremadamente viejos: como poco, acumulan 23 años los modelos de gasolina y 17 los diésel. Sus propietarios son conscientes del problema: las inspecciones de la ITV son más estrictas con las emisiones, tienen prohibido su acceso al centro de grandes capitales y en  12 años la tecnología de combustión que usan dejará de fabricarse y de venderse en Europa.

El clima de incertidumbre en el que se mueven estos propietarios (y el resto) se ha elevado en los últimos días: la Eurocámara ha decidido finalmente que en 2035 todos los turismos y furgonetas que se vendan sean 'cero emisiones', lo que descarta -con alguna excepción- los motores de gasolina, diésel y también los híbridos. En Burgos hay matriculados 83.800 turismos cuyos motores están impulsados con el primer carburante y 112.150 con el segundo. Los híbridos superan los 5.000...

El universo eléctrico, según los últimos datos de la Dirección General de Tráfico, se resume a 468 turismos, el hidrógeno impulsa a uno solo y los diferentes tipos de gases (natural, licuado de petróleo) no llegan a 600 matriculados.

Queda claro que la lucha contra el cambio climático está mucho más avanzada en el Europarlamento que en plena calle, donde, por cierto, el número de cargadores eléctricos aumenta, aunque es claramente insuficiente para atender el parque móvil enchufable al que aspira Europa.

En la red de concesionarios local hay una mezcla de indignación  y resignación ante el «tiro en el pie» que supone un cambio de modelo  en la movilidad sin una alternativa ni una industria preparadas para ello. Solo un dato: el 54,72% de los turismos vendidos el pasado año en Burgos ya no se podrá fabricar en Europa en 2035 y buena parte del 45,2% restante (híbridos) tampoco. 

Esta es la realidad. Las matriculaciones cayeron un 11,42% el pasado año en la provincia y un 5,4% a nivel nacional. No se alcanzaron las 830.000 unidades vendidas (813.396) y los números previos a la pandemia quedan lejos. La antigüedad del parque móvil ya alcanza los 14 años de media.

«La decisión de la Eurocámara es una mala noticia, es un tiro en el pie al sector automovilístico europeo», sentencia Carlos Arce, presidente asociación de concesionarios de automóviles de Burgos (Aconauto), quien insiste en la idea de que Europa puede dar ejemplo al mundo apostando por «lo verde», pero si el resto del mundo no lo hace, «moriremos en el intento y nos cargaremos la industria europea por el camino».

Sostienen los concesionarios que la industria no va a ser capaz de responder a los plazos de Europa y, por lo tanto, ésta «será cada vez más débil» frente a la competencia china, coreana, japonesa o norteamericana. Esto reducirá la oferta en el mercado, aumentará los precios e incentivará a los grandes constructores a fabricar e instalarse donde más vendan y a cerrar donde más dificultades encuentren.

Tiempos. En los concesionarios pesa cada vez más la etiqueta ecológica en sus operaciones, aunque no descartan ningún combustible ni motorización porque quedan 12 años antes de que se cumpla el ultimátum de la Eurocámara. «Cada cliente tiene unas necesidades y esas son las que tenemos que atender. La alternativa de combustible fósil es aún viable en un horizonte de 12 años».